China y Rusia firman acuerdo para construir una planta de energía nuclear en la Luna y superar a Estados Unidos Científicos proponen arrojar bolas de hormigón de 400 toneladas al mar para generar electricidad: remplazaría a las baterías Las nuevas reservas de hidrógeno en la corteza terrestre podría acelerar la transición energética desde los combustibles fósiles.
Un estudio geológico estimó que la corteza terrestre ha generado suficiente hidrógeno natural para cubrir la demanda energética del planeta durante aproximadamente 170.000 años. El descubrimiento, publicado en la revista Nature Reviews Earth & Environment, refuerza el papel estratégico de este gas como alternativa viable frente a los combustibles fósiles. El estudio fue liderado por expertos de las universidades de Oxford, Durham y Toronto, quienes destacan que, aunque no toda esta cantidad es accesible, incluso una fracción de estas reservas de hidrógeno en la Tierra podría asegurar una fuente estable de energía limpia sin carbono. La posibilidad de extraer este gas de manera económica y sostenible abre nuevas puertas en la carrera por reducir las emisiones y avanzar hacia una transición energética con hidrógeno.
Avances recientes sugieren que hay depósitos de hidrógeno enterrados en innumerables regiones del mundo. Foto: Simon Dux / Alamy Avances recientes sugieren que hay depósitos de hidrógeno enterrados en innumerables regiones del mundo. Foto: Simon Dux / Alamy El hidrógeno blanco es hidrógeno natural o nativo. Foto: IStock El hidrógeno blanco es hidrógeno natural o nativo. Foto: IStock
Sin embargo, la ventaja del hidrógeno blanco radica en su origen geológico: se forma en la corteza terrestre por reacciones entre ciertos minerales y el agua. Su extracción directa podría representar un cambio de paradigma, siempre que se logren superar desafíos técnicos y biológicos, como la presencia de microorganismos subterráneos que consumen el gas, lo que complica su conservación en el subsuelo.
Chris Ballentine, geólogo de la Universidad de Oxford y autor principal del estudio, subraya que incluso si solo se explota un pequeño porcentaje de estas reservas, el potencial energético sería inmenso. Esta realidad vuelve urgente la inversión en tecnologías de detección y extracción de hidrógeno natural, capaces de identificar lugares adecuados para su explotación sin degradar el entorno.
La coautora del estudio, Barbara Sherwood Lollar, profesora en la Universidad de Toronto, explicó que evitar el contacto entre el gas y microbios que se alimentan de hidrógeno es clave para conservar acumulaciones viables. Además, la metodología contempla variables geológicas y biológicas que afectan la formación y persistencia del gas en el subsuelo.
Fruto de esta iniciativa científica, nació la empresa Snowfox Discovery, orientada a aplicar esta receta para identificar depósitos comerciales. Según sus fundadores, el objetivo es aportar soluciones reales a la crisis energética global mediante la localización de yacimientos económicamente explotables. Reservas potenciales de hidrógeno natural El análisis del equipo de investigación ha identificado varias regiones con potencial para albergar reservas de hidrógeno en la Tierra. Uno de los ejemplos más prometedores es Kansas, en Estados Unidos, donde formaciones geológicas asociadas a antiguos rifts continentales podrían haber atrapado hidrógeno en rocas basálticas, según declaraciones recogidas por Live Science.
En enero de 2024, otro hallazgo sorprendió a la comunidad científica: investigadores reportaron en Science el descubrimiento de la mayor reserva conocida de hidrógeno natural en Albania. Esta evidencia no solo confirma la existencia de acumulaciones aprovechables, sino que motiva la exploración en otras zonas como el Parque Nacional de Yellowstone, Tanzania e India, lugares con condiciones geológicas similares. Además del hidrógeno, los mismos científicos han extendido su estudio a otros gases estratégicos, como el helio, cuyo mercado enfrenta escasez. Esta diversificación refuerza la importancia de una exploración geológica integral con miras a una energía limpia sin carbono.
Fuente: La Republica