De acuerdo con el Banco de la República, durante marzo la inversión extranjera en petróleo y minería cayó 25,9% y se ubicó en US$692 millones.
La decisión de la petrolera anglo-holandesa Shell, de vender sus activos de exploración y producción de hidrocarburos en el mar, en los que es socia de Ecopetrol, comienza a generar hondas preocupaciones sobre la suerte y desarrollo de recursos de gas y petróleo en el mar, pese a grandes hallazgos, incluyendo el proyecto Sirius. Así lo advierten expertos del sector, quienes señalan que para llevar estos recursos a la superficie se requieren inversiones multimillonarias que requieren dividir el riesgo, y en medio de un ambiente que resulta hostil para estas inversiones, la entrada de capitales foráneos seguirá a la baja, como lo muestran las recientes cifras del Banco de la República.

En efecto, uno de los principales indicadores macroeconómicos que ha venido presentando gran afectación ha sido la Inversión Extranjera Directa (IED) de la balanza cambiaria del Banco de la República, que mide la información sobre los recursos extranjeros que le están entrando al país para el desarrollo de proyectos. De acuerdo con las cifras más recientes de Emisor, durante marzo del 2025 la IED llegó a US$692 millones, presentando una reducción de 25,9% frente a los US$935 millones reportados hace un año.

Y dentro de ésta, se resalta el bajo comportamiento que ha venido teniendo la inversión para el sector de petróleo y minería que es el que siempre ha jalonado el indicador, ya que en el tercer mes del año presentó una caída del 30,1%, al pasar de US$777 millones reportados en marzo del 2024 para llegar a US$543 en el tercer mes de 2025. Estas cifras, para Julio César Vera, presidente de la Fundación Xua Energy y gerente general de Valjer Energy S.A.S, encienden las alarmas debido a que significan una mayor desconfianza de los inversionistas y más para el sector de hidrocarburos.

“Es evidente que mientras el mundo entero, sin distingo de condiciones y creencias políticas en general está promoviendo actividades dentro del sector de hidrocarburos. Colombia desafortunadamente ha venido generando un ambiente de desinversión y una desconfianza inversionista que se está viendo reflejada en que tengamos obviamente menos actividad, que tengamos menor producción y obviamente una gran preocupación sobre la posible pérdida de autosuficiencia y soberanía energética como tal”, aseveró Vera. Además, señaló que lo que está esperando el sector de hidrocarburos es la llegada de un nuevo Gobierno al país, por lo tanto las empresas se mantienen realizando inversiones para el corto plazo.

“Yo creo que Colombia hoy no está pasando por un buen momento en el sector. Yo creo que el sector está en uno de sus momentos más difíciles. En general, uno siente que la industria está a la expectativa de que pueda pasar después del año 2026 y se podría decir que todo lo que se está haciendo es muy de corto plazo y muy poco de mediano y largo plazo. Lo único que uno visualiza de mediano y largo plazo son los proyectos que Ecopetrol presenta, que ojalá para el bien del futuro del sector se logren materializar”, resaltó. Una caída sistemática De acuerdo con la información de la Asociación Colombiana de Petróleo y Gas (ACP) en los últimos 10 años la inversión para el sector de hidrocarburos ha venido cayendo de manera importante.

Según el más reciente informe económico de tendencias y perspectivas del sector petróleo y gas en Colombia, en 2023 la inversión total en exploración y producción de petróleo y gas en Colombia fue de US$4.830 millones, 1% inferior a la de 2022 (US$4.880 millones). En ese mismo informe se entregó la proyección para el 2024. Allí se estimó que la caída en la inversión habría continuado el año pasado y podría haber llegado a niveles de US$4.600 millones, es decir, una caída de 4,7% en comparación con lo reportado en el 2023.

Vale resaltar que en 2014 la inversión para petróleo y minería era de US$8.390 millones, en 2015 bajó hasta US$5.770 millones, en 2016 llegó a su nivel más bajo de la última década al ubicarse en US$2.040 millones, entre 2017 y 2019 volvió a subir a niveles por arriba de los US$4.000 millones. Pero en 2020 (año de la pandemia por el Covid-19) se redujo de nuevo hasta los US$2.050 millones y entre 2021 y 2022 volvió a repuntar por encima de los US$4.000 millones. “La inversión en exploración y producción en Colombia está cayendo. A nivel mundial crece debido a que los países, considerando el nivel actual de precios, están promoviendo las inversiones en petróleo y gas, no solo para lograr las utilidades derivadas de ellos, sino también para garantizar su abastecimiento, ante una demanda creciente que algunos estiman alcanzará su máximo hacia 2030 y otros, que continuará creciendo más allá de esa fecha, hasta 2045 y 2050”, resaltó la ACP en este informe.

En 2023 se invirtieron US$1.050 millones en exploración de petróleo y gas en el país, 19% inferior a lo invertido en 2022 (US$1.290 millones). A diferencia de 2022, año en el que se invirtió el 7% más de lo presupuestado en exploración, en 2023 se ejecutó 15% menos de lo presupuestado (US$1.240 millones).

Según este informe, la menor ejecución en 2023 se debió principalmente a retrasos ocasionados por los trámites ambientales y dificultades para operar relacionadas con bloqueos de las comunidades y recrudecimiento del conflicto armado. Impactos para la autosuficiencia La situación de la inversión para el sector de hidrocarburos se ha venido afectando mayormente por la salida de las grandes petroleras del país. Desde hace más de 15 años han venido vendiendo sus activos las ‘majors petroleras’ como BP, ConocoPhillips, Shell, Chevron y Repsol por diferentes situaciones.

Unas se fueron por problemas logísticos a nivel mundial, otras por su plan de estrategias, otras por la imposibilidad de poder realizar fracking en Colombia y otras debido a la situación del país ante la negativa del Gobierno de seguir firmando nuevos contratos de exploración y explotación de hidrocarburos. “La buena noticia es que sigue estando Petrobras interesado, tiene la intención de avanzar a toda marcha y a todo apoyo en desarrollo del proyecto (Sirius-2). Pero esas buenas intenciones se tendrán que ver reflejadas realmente en acciones de parte del gobierno y su institucionalidad y su coordinación para que se logren materializar el desarrollo y los retos que tienen ese proyecto, sobre todo en todo el proyecto todo el tema de consultas previas que tienen que ejecutar para poder conectar ese proyecto con la tierra o con la superficie y poder avanzar en los procesos de construcción del gasoducto y la planta en sí de regasificación y licuefacción”, señaló Julio César Vera, gerente general de Valjer Energy S.A.S.

Sin embargo, el experto emitió una advertencia sobre lo que pasaría si no se logra tener el desarrollo de Sirius-2. Aseguró que en caso tal de que este proyecto no se materialice, el país estaría condenado a depender de ser importadores de gas de manera permanente.

Fuente: Portafolio