Para los expertos, este retroceso refleja los desafíos que enfrenta la economía nacional, que pasó de ser una de las más dinámicas de Sudamérica a una de las más frágiles. En 2014, Bolivia lideraba el crecimiento regional con un PIB del 5,4 %, sustentado en los altos precios del gas y una relativa estabilidad macroeconómica.
Actualmente, con una inflación que comienza a presionar los precios de productos básicos, las proyecciones son poco alentadoras. Incluso, calificadoras internacionales como JP Morgan y Moody’s han emitido reportes negativos sobre el país.
Fuente: El Deber
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