“Con la salida del cepo, el tipo de cambio comenzará a reflejar su verdadero valor y presionará directamente sobre las pizarras de las Estaciones de Servicio”, analizó el exsecretario de Energía, Emilio Apud.
El CEO de YPF, Horacio Marín, dijo en Wall Street que si el precio del barril del petróleo continúa en torno a los US$64, bajará los precios de los combustibles Días atrás, el CEO de YPF, Horacio Marín, declaró en Wall Street que, si el precio del barril de petróleo se mantiene en torno a los US$64, podrían reducirse los precios de los combustibles. No obstante, voces del sector energético pusieron en duda esa posibilidad y anticiparon que nuevos aumentos en los surtidores serían difíciles de evitar.

“El precio en el surtidor es libre, aunque los Gobiernos lo han intervenido históricamente a través del rol dominante de YPF”, recordó el exsecretario de Energía Emilio Apud, quien advirtió que la apreciación del dólar tras la salida del cepo forzará inexorablemente una actualización de los valores en las Estaciones de Servicio. “El precio está en dólares, pero el usuario lo paga en pesos. Y el valor del dólar es una variable excluyente”, apuntó en diálogo con surtidores.com.ar.

De hecho, uno de los principales efectos del fin del cepo será la necesidad de sincerar precios en múltiples sectores. En el caso de los combustibles, se espera que el nuevo esquema de bandas cambiarias —entre 1.000 y 1.400 pesos por dólar— marque un punto de referencia más realista para las importaciones, la refinación y la rentabilidad de las compañías.

Sin embargo, Apud considera que la actualización no será inmediata. “No será on time y menos aún en plena turbulencia cambiaria. Seguramente se esperará a que el mercado se estabilice para trasladar el nuevo valor del dólar al precio en pesos”, explicó.

A este escenario se suma un factor adicional: la cotización internacional del crudo viene mostrando una baja pronunciada, lo que podría amortiguar parcialmente el impacto del salto cambiario. Del mismo modo, la eventual postergación de la actualización de impuestos a los combustibles o de los valores de los biocombustibles puede colaborar en esa contención de corto plazo. Sin embargo, el exfuncionario coincide en que se trata de medidas de efecto limitado.

“Después del salto inflacionario de marzo, no veo margen para que el Gobierno use nuevamente a YPF como ancla de precios”, señaló Apud, en alusión a la práctica de intervenir indirectamente en el mercado utilizando a la petrolera estatal para frenar aumentos. Además, remarcó que forzar a YPF a vender por debajo de los costos podría profundizar el deterioro bursátil de la compañía, en un momento en que se busca atraer inversiones y capitales externos.

En paralelo, el nuevo acuerdo alcanzado con el Fondo Monetario Internacional, que prevé un desembolso inmediato de 12.000 millones de dólares, busca reforzar las reservas del Banco Central y dar señales de previsibilidad. Aun así, tanto el Fondo como los analistas coinciden en que el éxito del plan dependerá de la capacidad del Gobierno para reducir la inflación y ordenar las cuentas públicas, objetivos que enfrentan fuertes tensiones en la práctica.

El mercado de combustibles no está exento de esas presiones. Con el objetivo de avanzar hacia una total liberalización del sector, “las compañías que operan en el país deberán revisar su ecuación de costos y márgenes para no quedar fuera de competencia frente a eventuales importaciones”, alertó Apud. En ese sentido, el precio en los surtidores no sólo dependerá del dólar, sino también de la necesidad de las petroleras de mantener su rentabilidad en un escenario más abierto.

Fuente: Surtidores