La terminal marina Porto-Ilha de Areia Branca se convirtió en la base de estudios del Senai do Rio Grande do Norte centrados en energías renovables y ya ha elaborado planes de ampliación para agregar un área de apoyo logístico para la implementación de futuros parques eólicos en el mar. El director ejecutivo de Intersal, el consorcio que asumió hace un año la operación de la terminal salina, Valmir Araújo, afirmó que ven una gran posibilidad de que el Puerto sea un apoyo marítimo para el desarrollo de la industria eólica marina en la costa de Río Grande del Norte. La intención, según él, es al menos duplicar la superficie de la 'Isla', que actualmente mide 38 mil metros cuadrados, para incorporar también el movimiento de actividad.
La perspectiva, ya presentada al gobierno estatal, fue compartida esta vez con representantes de las industrias del estado y miembros de la primera misión del Reino Unido a Rio Grande do Norte centrada en discusiones sobre energía eólica marina. Se detallaron a los participantes los proyectos planificados y en curso en el área junto con un resumen de las operaciones relacionadas con la producción de sal.
El proyecto está estimado en alrededor de R$ 500 millones y sería firmado por el consorcio Intersal con el grupo estadounidense Edison Chouest Offshore. La estructura, según el director, sería complementaria y no competiría con la Porto-Industria Verde que el gobierno estatal está planificando entre los municipios de Caiçara do Norte y Galinhos.
Además, los planes presentados por la empresa pasan por la duplicación de Porto-Ilha y la adquisición de grúas de 500 a 700 toneladas para mover piezas y todo el material necesario para montar las torres y cimentaciones de futuros parques eólicos. Además del apoyo logístico para la carga, la intención sería ofrecer alojamiento a los equipos que trabajarán en los proyectos.
A 20 kilómetros de la costa de Areia Branca, Oporto, una “isla artificial” establecida hace aproximadamente 50 años en el mar y, hasta hoy, único polo de exportación de sal a granel de Brasil, mueve 2 millones de toneladas del producto por año. En el contexto de la industria energética, el área ha sido utilizada para apoyar estudios del Instituto Senai de Innovación en Energías Renovables (ISI-ER) centrados en el potencial eólico y en investigaciones vinculadas a variables oceanográficas.
Vale destacar que Rio Grande do Norte es uno de los mayores generadores de energía eólica terrestre y cuenta con nueve complejos de generación de energía eólica registrados para el mar, además del proyecto de la institución. Todos los proyectos están a la espera de la licencia del Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables (Ibama). La expectativa del mercado es que los primeros se implementen y entren en funcionamiento para el año 2030.
La potencia combinada de estos proyectos es de 17,84 Gigavatios (GW). La cifra corresponde a casi el 10% del total previsto para el offshore brasileño y a más del doble de la capacidad actualmente instalada en los parques terrestres del estado.
Fuente: Canal Energía