A través del Plan de Transición Energética 2030 y los Lineamientos y Escenarios 2050, el Gobierno traza una hoja de ruta para la descarbonización de la matriz energética.
La transición energética en la Argentina ya cuenta con un plan nacional aprobado. La Secretaría de Energía de la Nación formalizó el plan al 2030 juntos a los lineamientos y escenarios hacia el 2050, teniendo como base los compromisos asumidos en el Acuerdo de París en 2015.

La aprobación de las dos iniciativas, el Plan Nacional de Transición Energética a 2030 y los Lineamientos y Escenarios para la Transición Energética a 2050, se plasmó en las resoluciones 517/2023 y 518/2023, publicadas en el Boletín Oficial.

El plan a 2030 incluye metas específicas entre los que se destacan no exceder la emisión neta de 349 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) para toda la economía, reducir por eficiencia energética y uso responsable de la energía al menos un 8% de la demanda energética y superar el 50% de fuentes renovables en la generación eléctrica.

Además, Argentina se propone alcanzar una penetración de autos eléctricos del 2% del parque de vehículos, alcanzar los 1000 megavatios (MW) de generación distribuida renovable y aumentar la red de transmisión eléctrica de alta tensión en 5.000 kilómetros de nuevas líneas.

En cuanto a las metas cualitativas, el Gobierno asume el compromiso de crear las condiciones propicias para el desarrollo local de la cadena de valor de tecnologías de energía limpia, crear nuevos puestos de trabajo locales y sostenibles, reducir la pobreza energética según se establezcan las necesidades que conlleva este concepto y facilitar una transición energética justa.

En los lineamientos de cara al 2050 se plantean tres escenarios. Uno de base, con una tasa de crecimiento de la demanda moderada y una baja electrificación de nuevos usos, con un impuesto a las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) de 25 dólares por tonelada de CO2 a partir de 2040.

El escenario optimista, mantiene el mismo nivel de impuesto y sumará nuevas acciones y tecnologías relacionadas con la descarbonización del sector energético. En tanto, el escenario ambicioso agrega una incorporación acelerada de tecnologías de descarbonización y una mayor electrificación de nuevos usos, elevando el impuesto a las emisiones a US$ 56 por tonelada de CO2.

En el marco de los compromisos asumidos en el Acuerdo de París, la Argentina presentó en noviembre de 2022 su Estrategia de Desarrollo Resiliente con Bajas Emisiones a Largo plazo a 2050 y presenta regularmente sus Inventarios Nacionales de Gases de Efecto Invernadero (Ingei) que en 2018 mostró un desempeño al del promedio mundial (51% contra 76%).

Fuente: Mejor Informado