Las instalaciones en Europa, EE. UU. y Australia producirán SAF a partir de aceites y grasas residuales a través de la ruta HEFA
La petrolera bp y la tecnológica Honeywell anunciaron este miércoles (7/5) un acuerdo para adaptar cinco refinerías en Estados Unidos, Europa y Australia para producir combustibles de aviación sostenibles (SAF) y diésel verde.

Las instalaciones de bp producirán SAF a partir de aceites y grasas residuales a través de la ruta HEFA (hidrotratamiento) para satisfacer la demanda del transporte aéreo de combustibles bajos en carbono.

Nigel Dunn, vicepresidente senior de Crecimiento de Biocombustibles de bp, explica que la compañía se está posicionando estratégicamente en el negocio de los biocombustibles para satisfacer el consumo global, que se espera crezca significativamente en los próximos años.

A partir de 2027, comienza la fase obligatoria de Corsia (acuerdo internacional de reducción de emisiones de la aviación) y las aerolíneas deberán mantener sus emisiones de carbono por debajo de los niveles de 2019-2020.

Lo que significa invertir en el uso de SAF o compensar las emisiones con créditos de carbono.

Además, algunos países están estableciendo políticas para descarbonizar el transporte aéreo e incentivar la industria AFS, como Estados Unidos, países europeos como Reino Unido y Francia, y la propia Unión Europea. Brasil también está discutiendo un mandato nacional.

Y las empresas se mueven para formar parte de este nuevo mercado.

Según Lucian Boldea, CEO de Honeywell Performance Materials, la demanda de la tecnología que permite convertir refinerías de petróleo en biorrefinerías se ha más que duplicado en los últimos dos años.

Él dice que Honeywell ya ha autorizado 35 plantas en todo el mundo, con una capacidad de producción total de más de 400.000 barriles por día.

Las refinerías de bp que se modernizarán:

Castellón de la Plana en Castellón,

España Cherry Point en Blaine (Washington),

EE.UU. Kwinana Petróleo en Kwinana,

Australia Lingen en Baja Sajonia,

Alemania Rotterdam II en Rotterdam, Países Bajos

Clúster de hidrógeno verde

En Castellón, España, bp está desarrollando un clúster de hidrógeno verde para servir a las industrias en la región de Valencia mientras descarboniza sus operaciones de refinería. La primera fase del proyecto está programada para comenzar a operar en 2027.

Además de reemplazar el hidrógeno gris (producido con gas natural), el hidrógeno verde (obtenido de la electrólisis del agua con energía renovable) se utilizará como materia prima en la producción de SAF.

El grupo británico prevé triplicar la producción de biocarburantes, hasta las 650.000 toneladas anuales en 2030. Para ello, estima que las inversiones en Castellón podrían alcanzar los 2.000 millones de euros a finales de la década, con la transformación de la refinería para producir verde hidrógeno, biocombustibles y energías renovables.

Guión

La edición de julio del bp Energy Outlook trae una mejora en las previsiones para el SAF hasta 2050. En el escenario New Momentum, que considera las políticas actuales, los créditos fiscales de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) de Joe Biden apuntan a la inserción más rápida de biocombustibles en el mercado, duplicando las proyecciones realizadas en 2022.

Aunque el petróleo sigue siendo dominante en el sector hasta la primera mitad de las perspectivas, su participación tiende a caer a medida que el AFS gana escala y competitividad.

En New Momentum, el SAF alcanza alrededor del 5% del jet pool para 2035, basado principalmente en materias primas biológicas (aceites vegetales, residuos y etanol).

En escenarios más acordes con el objetivo de 1,5ºC, Acelerado y Net Zero, la combinación de AFS basados ​​en bio e hidrógeno alcanza entre el 10% y el 20%, respectivamente. Para 2050, en Acelerado y Net Zero, la participación crece entre 40 y 70%.

“El papel cada vez mayor que desempeña SAF se sustenta en un aumento significativo de la capacidad de producción, con entre 15 y 30 instalaciones a escala mundial que se pondrán en funcionamiento cada año entre la década de 2030 y mediados de la de 2040”, explica el informe.

Los biocombustibles liderarán esta primera ola, a través de la ruta HEFA, seguidos por la conversión de residuos sólidos urbanos y otras biomasas no alimentarias (Fischer-Tropsch) y la tecnología de alcohol de chorro (ATJ).

En los tres escenarios, esto representa del 5 al 20 % del combustible total para aviones en 2035 y del 10 al 40 % en 2050.

Por otro lado, los combustibles sintéticos (o electrocombustibles) derivados del hidrógeno podrían representar el 1-2% del combustible de aviación total en 2035, y el 10-30% en 2050.

Fuente: epbr