La actividad, denominada captura y almacenamiento de carbono (CCUS), no está regulada en Brasil. La tecnología ha comenzado recientemente a implementarse en Estados Unidos y Europa para "enterrar" el dióxido de carbono emitido en la producción industrial.
Petrobras no informó el monto esperado para la inversión, pero el desarrollo de la planta debe ser incluido en el plan estratégico 2024-2028 de la petrolera, que se lanzará a fines de año.
Según el director de transición energética de la empresa, Mauricio Tolmasquim, los costos para la construcción del piloto y el inicio de la operación comercial aún se están elevando.
"La implementación [comercial] dependerá de los resultados del piloto. Pero para este 'hub' podemos decir que las inversiones serían del orden de un gran sistema de producción para la exploración y producción de gas natural", dijo el ejecutivo.
La empresa definió que la inversión se contabilizará en proyectos de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i). Los contratos de concesión y participación determinan que las empresas deben realizar investigaciones por un monto correspondiente al 1% de los ingresos brutos de la producción de los campos.
Petrobras ya usa CO2 en un proceso que reinyecta el gas en pozos activos para ayudar a extraer petróleo. El año pasado, la empresa estatal reinyectó 10,6 millones de toneladas en los campos del presal. En el proyecto que se desarrollará a partir de 2027, la idea es enterrar el CO2 en pozos inactivos o capas subterráneas donde ya no haya combustible fósil. Los gases, en este caso, pueden capturarse de la producción de petróleo u otras actividades industriales para que las empresas puedan alcanzar sus objetivos de descarbonización.
El modelo de Petrobras se instalará cerca de la terminal de Cabiúnas, que recibe gas del presal de la Cuenca de Campos. Según Tolmasquim, la zona tiene un gran potencial por el tamaño del embalse y la cercanía a industrias de la región Sudeste. “Tenemos un reservorio potencial precisamente en la región donde se encuentra gran parte de la industria y desde donde se está emitiendo CO2. Si está lejos, el costo del transporte termina por hacerlo inviable”, observó.
Según el ejecutivo, una empresa siderúrgica ya mostró interés en la sociedad, pero la conversación fue preliminar, ya que el proyecto comenzará en una escala reducida. “Antes de salir para el proyecto comercial, queremos probarlo, ver si realmente está capturado, si técnicamente funciona”.
Fuera de Brasil, ya hay algunos modelos de hub en desarrollo. Shell, Total y Equinor, por ejemplo, crearon un consorcio para transportar carbono desde fábricas instaladas en el Mar del Norte hasta una plataforma frente a las costas de Noruega. El proyecto entra en operación el próximo año.
En Brasil, la actividad aún no está regulada. El gobierno federal planea presentar un proyecto de ley sobre el tema, mientras que un proyecto de ley del entonces senador Jean Paul Prates, propuesto antes de asumir la presidencia de Petrobras, está pendiente en el Senado desde el año pasado.
Petrobras dice que no participa de la discusión legislativa, pero argumenta que la regulación es fundamental para el desarrollo de la actividad.
“La regulación siempre es bienvenida y estamos hablando de dos que son fundamentales. Una es la autorización para inyectar y la otra es la definición de la venta de bonos de carbono”, afirmó Tolmasquim.
Petrobras mantiene otras regiones para almacenar carbono en su radar, como Bahía, Espírito Santo y Cubatão (SP).
Fuente: Valor Econômico