Gobierno nacional y provincias avanzan en el desarrollo de un proyecto de ley para la industrialización de litio que buscará incrementar la participación local en la amplia cadena de valor de ese mineral, que no sólo tiene un rol importante en el proceso de la transición energética sino que adquirió un rol geopolítico que multiplicó su atractivo. La norma viene siendo analizada en las reuniones de la Mesa del Litio que encabezan las provincias de Jujuy, Salta y Catamarca y que tiene su redacción a cargo de la Secretaría de Asuntos Estratégicos de Mercedes Marcó del Pont.
Algunos de los detalles de la normativa que se discuten son la fijación de un cupo de la producción que deberá ser destinada al mercado interno en tanto exista la demanda, que oscilaría entre el 5 y el 20%, prevé la creación de un nuevo organismo que no deberá competir con la potestad de las provincias en cuanto a la disponibilidad del recurso, y contempla la conformación de un fideicomiso que facilite las inversiones en investigación y desarrollo, además de los beneficios fiscales a proyectos de industrialización que se puede esperar de cualquier norma de incentivo.
Pero contar con una ley que promueva la industrialización de un recurso mineral que es abundante en el país y de alta demanda global, adquiere una sensibilidad particular que explicó la subsecretaria de Estrategia para el Desarrollo, Verónica Robert, en un reciente evento en el que describió “un escenario donde hay una disputa geopolítica global, donde hay un cambio fundamental de la matriz productiva del mundo guiado por esta transición energética y donde los países están tratando claramente de liderar este proceso de transformación”.
Para la funcionaria la necesidad de participar de ese proceso de lograr diseñar las políticas industriales con vocación de desarrollo productivo e industrial en torno a esos países, va a dejarlos rezagados dentro del panorama geopolítico global. Es así que se explican los esfuerzos de los Estados Unidos y la Unión Europea de incluir a la Argentina y a los países productores de litio en sus alianzas de seguridad de suministro de minerales clave y que son una respuesta al rol que tuvo China en los últimos años en el fortalecimiento de sus capacidades industriales.
“Si los países de Europa y Estados Unidos no proyectan capacidad de producción de baterías, se ve amenazada severamente su industria automotriz y el empleo de su cadena de valor por lo que está haciendo China, y eso viene acelerando los procesos hacia la electromovilidad, de planificación de capacidad industrial y de metas de finalización de la comercialización de vehículos con motores de combustión”, describió.
Hoy la cantidad de vehículos eléctricos en el total del parque automotor no llega al 1% en el planeta, y las energías renovables no representan más del 30% del total de la generación eléctrica en el mundo. Sin embargo, hacia las próximas décadas con metas al 2050 se espera que el 80% de la generación de energía provenga de fuentes como solar y eólica que va a requerir de baterías estacionarias que atiendan el problema de la intermitencia como resguardo para sostener la estabilidad de la red y para atender los picos de demanda. Y algo similar ocurrirá con los vehículos a baterías eléctricas para los cuales ya se estima que para 2030 lleguen a representar el 20% de los nuevos modelos que salgan de las terminales.
Tan sólo estos dos escenarios, se anticipa que habrá un crecimiento de la demanda de baterías fenomenal y en consecuencia del litio, ya que estas dos industrias (la energética y la automotriz) representan hoy el 70% de la demanda total del mineral.
“Las estimaciones indican que se va a duplicar la demanda de litio cada tres años por la próxima década. Al menos se espera que al 2030 haya una escasez de litio de alrededor de carbonato de litio equivalente de alrededor de 400.000 toneladas, que es el doble de lo que exporta Chile, que es el segundo exportador mundial de litio”, explicó Robert. Es decir, el mundo va hacia un punto en el que el litio va a ser escaso, no porque no exista en la Tierra sino porque su producción no dará abasto al abrupto crecimiento de la demanda que se espera.
Y en esa perspectiva, la funcionaria de la Secretaría de Desarrollo Estratégico reseñó que “mientras países como Estados Unidos, la Unión Europea, China, Japón y Corea, declaran al litio como producto crítico, para otros como Argentina que tienen el recurso pasa a ser estratégico, porque es a partir de la existencia de este recurso que se puede planificar estrategias de desarrollo industrial como no se pudieron desarrollar en otros contextos, obviamente con vinculación con capitales extranjeros que puedan efectivamente hacer las inversiones necesarias pero con condiciones específicas en favor del desarrollo industrial y productivo del país”.
Y ese es el espíritu con el que se trabaja la nueva ley que impulse la posibilidad de un desarrollo industrial del litio, que una parte de la producción que sale del país se industrialice acá, porque al hacer eso podrá ganar participación en la cadena global de valor de un mercado mundial de baterías de 80 mil millones de dólares. De ese negocio -reseñó Robert, hoy la Argentina participa con 0,8%, pero si pudiéramos multiplicar por diez la producción de litio hacia el 2030, algo perfectamente factible de acuerdo a la pirámide de proyectos existentes, se podría llegar a capturar el 2,5% de una cadena de valor que va a pasar a 400 mil millones de dólares en el 2030, aún con un plan modesto de industrialización que no compita con la vocación exportadora de litio.
“Lo que está en juego aquí no es sólo cómo capturamos valor -remarcó la funcionaria nacional-. Lo que está en juego es cómo nos posicionamos frente a un paradigma tecnoproductivo nuevo que está revolucionando las estructuras productivas globales. Es decir, no es solamente saber hacer baterías, lo que está en el centro es dominar la electroquímica que está en el centro del nuevo paradigma, no solamente con las baterías, sino también con los electrolizadores y con el hidrógeno verde. Es conocer hacia dónde va el mundo en materia tecnológica y posicionarnos con nuestros recursos naturales, pero también con nuestras capacidades industriales”.
Fuente: Mejor Informado