El Gobierno aprobó el Decreto Supremo 4910 para controlar y luchar contra el contrabando de carburantes con la fijación de límites máximos de cargüíos, pero la historia no cambia en las carreteras y fronteras.
El mercado paralelo de combustible se abastece de al menos cinco formas o mecanismos para revenderlo a los chuteros, en las carreteras y ciudades fronterizas; destinarlo al narcotráfico y minería. El Decreto Supremo 4910 recientemente aprobado por el Ejecutivo no logra frenar el contrabando de gasolina y diésel en las ciudades y fronteras del país, como aseguran los transportistas y ciudadanos consultados.

Estas formas de alimentar al contrabando o a los comerciantes del mercado negro son mediante la compra de gasolina en bolsas de cinco litros de los surtidores o estaciones de servicio; en bidones o turriles desde un vehículo; algunos coches particulares llenan el tanque todos los días; camiones cisterna y del transporte internacional revenden su combustible en las ciudades fronterizas.

Fuente: Página Siete

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