para cumplir con una licencia estadounidense que prohíbe los pagos en efectivo al gobierno del presidente Nicolás Maduro.
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos emitió una licencia que permite a Trinidad co-desarrollar el campo de gas Dragón, que tiene 4,2 billones de pies cúbicos de reservas en aguas venezolanas de la frontera marítima con Trinidad.
Trinidad importaría el gas y lo convertiría en gas natural licuado (GNL) exportable.
«Ya lo hemos hecho antes. Compramos el gas y lo pagamos de diversas maneras», declaró Rowley a los periodistas, según una nota de la agencia Reuters.
Trinidad suministró anteriormente a Venezuela unos 50 millones de dólares en insumos para ayuda humanitaria, dijo.
Venezuela ha recurrido a los canjes para que su economía funcione en medio de las duras sanciones estadounidenses que prohíben las transacciones financieras o el uso de dólares para pagar a las empresas estatales del país.
Maduro ha estado presionando a Washington y a otros gobiernos para que liberen más de 3.000 millones de dólares congelados en cuentas bancarias extranjeras, dinero que podría utilizarse para importar alimentos, medicinas y otros bienes.
Se ha pedido a Naciones Unidas que administre un fondo que se financiaría con esos recursos, pero no ha habido acuerdo entre Maduro, Estados Unidos y la oposición política del país sobre cómo implementarlo. La oposición controla la mayor parte de los activos extranjeros del país.
Nuevo operador La petrolera estatal venezolana PDVSA era la propietaria y operadora del proyecto de gas Dragón cuando estuvo activo por última vez hace aproximadamente una década, y sigue detentando el control de la infraestructura. En consecuencia, tendría que nombrarse un nuevo operador para atraer nuevas inversiones, dijo el experto en energía, Francisco Monaldi.
«Desde el punto de vista de las oportunidades, PDVSA no tiene mejores opciones en este momento para vender ese gas bajo sanciones», incluso si eso significa renunciar a las operaciones, señaló el experto a Reuters.
Shell, que opera el yacimiento vecino de Hibiscus, en Trinidad, podría idealmente convertirse en el operador, dijo Rowley, el primer ministro de Trinidad.
Trinidad y Venezuela tendrían que decidir cómo compensar a PDVSA por las inversiones en exploración y la infraestructura construídas, dijo Monaldi, director del Centro de Estudios Energéticos del Instituto Baker de Políticas Públicas de la Universidad Rice.
PDVSA no respondió a una solicitud de comentarios. Shell declinó hacer comentarios.
Fuente: El Regional de Zulia