"Dije: para bajar el precio de la gasolina, del petróleo, del petróleo y del gas, no hacía falta meterse con el ICMS", dijo este jueves (29), en el acto en el que anunció los últimos 16 ministros que faltaban para componer su primer nivel.
Según Lula, para contener los precios, "basta que la misma mano que firmó el aumento firme la reducción del aumento". Como era de esperarse, la frase provocó escalofríos entre los inversionistas, ya que encarnaba una buena dosis de intervencionismo del gobierno federal en el sector de derivados del petróleo.
La declaración del futuro presidente aumenta la presión sobre las acciones de Petrobras en la última sesión bursátil del año. Alrededor de las 16:20 horas, las acciones más negociadas (PETR4) cayeron el 0,77%, cotizando en R$ 24,61. Los comunes (PETR3) cayeron el 1,23%, a R$ 28,15.
Lula reforzó que Petrobras será fundamental en el control de los precios de los combustibles. Según él, el primer paso es nombrar un nuevo directorio para la empresa estatal, lo que debería llevar “un tiempo”, dadas las reglas de gobierno que rigen a las empresas estatales en general ya la petrolera en particular.
Lula: Planes para contener precios de combustibles
Básicamente, el grupo de trabajo que abordó este tema, durante los dos meses que estuvo en funcionamiento el gabinete de transición, planteó dos salidas que no necesariamente son excluyentes entre sí: la creación de un fondo de estabilización de precios, y la ampliación de la capacidad de refinación de la Petrobrás.
El fondo sería una solución a corto y mediano plazo, ya que la construcción de refinerías lleva años. Sería un instrumento para mitigar fluctuaciones repentinas de precios en el mercado internacional, ya que el petróleo es un producto básico y, como tal, sigue las cotizaciones de los principales mercados.
El equipo de transición cree que esta herramienta se puede crear en unos 90 días, ya sea por una ley o reglamento específico. El fondo sería financiado con parte de los propios dividendos de Petrobras. Otras fuentes de fondos podrían ser regalías generadas por la exploración y producción, así como contribuciones de la Unión.
Su importancia, en el corto plazo, es servir de contrapeso a la actual política de precios de Petrobras, la famosa paridad de precios de importación (IPP), creada durante el gobierno de Temer.
Esto se debe a que alrededor del 30% del gasóleo y el 15% de la gasolina que se consume en Brasil son importados. Su objetivo es mantener los precios en el mercado interno en línea con los del exterior, para que los importadores no se sientan perjudicados y, al interrumpir sus actividades, provoquen desabastecimiento aquí.
La solución a largo plazo del gobierno de Lula 3 parece ser la expansión de la capacidad de refinación de Petrobras. Lula llegó a afirmar, en ocasiones, que eso significa “brasilizar” la gasolina y el diésel, ya que, al producirlos internamente, el país reduciría su dependencia de las importaciones y no necesitaría mantenerse al día con los precios internacionales.
Fuente: Money Times