Camilo Marulanda, presidente de la generadora, dijo que por ahora no seguirán con los parques eólicos. “Es necesario que el país acelere la subasta de expansión de energía”; Camilo Marulanda, líder de Isagen.
Con la venta de la Central Termoeléctrica del Centro (Termocentro), planta con una capacidad instalada de 272 megavatios (MW) localizada en el corregimiento de Puerto Olaya, municipio de Cimitarra (Santander), y considerada su último activo de generación eléctrica convencional, Isagén afianza el paso en el proceso de transición energética y su política para generar electricidad renovable.

En diálogo con EL COLOMBIANO, su presidente Camilo Marulanda, señaló que al 2027 realizarán inversiones entre US$900 millones y US$1.000 millones por año para el desarrollo de 5.000 MW de capacidad instalada en nuevos proyectos de plantas solares y pequeñas centrales hidroeléctricas.

Así mismo, afirmó que no seguirán a corto o mediano plazo con la ejecución de proyectos eólicos, entre otras razones por las altas tasas de interés, la inflación y los elevados costos. Además, la compañía seguirá con el proceso para la compra de más activos para la generación de energía renovable. Y explicó porqué es necesario que el país acelere la subasta de expansión con todas las tecnologías, convencionales y no convencionales renovables.

El futuro prometedor de las energías renovables en Colombia ¿Cómo analiza el panorama del sector eléctrico del país?

“Esto es un negocio de largo plazo ya que las infraestructuras de generación que se construyen son para una vida útil de 50 años. Y la estabilidad en las reglas de juego es muy importante. Más, cuando la demanda de energía ha aumentado el 5%. Y si sigue ese crecimiento sostenido en el consumo se requieren 1.000 MW nuevos en capacidad instalada todos los años, y que representan US$2.500 millones en inversiones por año. La generación eléctrica a partir de plantas solares o parques eólico ha crecido a pasos agigantados en el país”.

¿Por qué la apuesta por generar 100% de energías limpias?

“En los últimos dos años la compañía se ha enfocado en la transición energética. Estamos alineados con la descarbonización y se requerirán unas inversiones que van a ir creciendo. Tomamos la decisión de ser 100% renovables por un tema de convencimiento y porque es una tendencia irreversible. Por esta razón vendimos el único activo de generación convencional de Termocentro. En los últimos tres años hemos invertido poco más de $3 billones para el montaje de 5.000 MW en plantas de energía limpia y tomando el recurso del agua, el sol y el viento.

En desarrollo tenemos la granja solar de Sabanalarga (Atlántico) con una capacidad instalada de 100 MW. En el portafolio tenemos en análisis el desarrollo de otros complejos solares que por confidencialidad no comento”.

¿Las tasas altas y la inflación afectarán el desarrollo de los proyectos?

“Los proyectos que están en curso, no. La complejidad solo radicará en el cierre financiero del negocio. Cuando se traza un proyecto se trabaja con una cobertura cambiaria. Actualmente estamos construyendo el complejo solar de Sabanalarga en el departamento del Atlántico. Cuando se estructuró hace siete meses, el cálculo fue a niveles del 35% por debajo a lo que está hoy. Pero esto es controlable o manejable.

Para las iniciativas nuevas las tasas están por encima del 18%, y el costo termina más alto que el mismo patrimonio. La estructuración financiera es muy difícil porque las variables cambian constantemente. Y si se le suma que entre el 60% y 65% de los costos son en dólares los precios de equilibrio van a subir. Así, para que el proyecto sea rentable hay que incrementar todos los valores en el presupuesto. Es volverlo más caro”.

¿Cómo están trazando la operación para el 2023 y 2024?

“La proyección del Banco de la República de una inflación para el 2023 de 7% y 2024 de 3% es muy optimista. Yo estimo que el 2022 terminará en alrededor del 13%, el 2023 por el 9% y el 2024 en el 5%, y ya es una buena noticia. Es un muy buen escenario para el país. Pero seguimos buscando el desarrollo de nuevos proyectos.

Proyectamos en los próximos cinco años desarrollar 1.300 MW en proyectos de generación, con foco en plantas solares. Y las inversiones estarían por el orden de US$900 millones a US$1.000 millones por año. La clave será las señales de expansión por parte del Gobierno nacional. Además, una mediana estabilidad en las reglas de juego”.

¿Por qué no siguen con el desarrollo de parques eólicos?

“Ya entró en operación Guajira 1, y en el 2027 se proyecta el arranque de Guajira 2 con 400 MW de capacidad instalada. Ambos son parques eólicos. Sin embargo, desarrollar estos proyectos son difíciles por el riesgo en la ejecución. A nosotros nos fue bien tanto en tiempo como en costos, pero a otras empresas que están desarrollando grandes infraestructuras eólicas en el departamento de La Guajira, están afrontando problemas muy complicados en ambas variables: altos riesgos financieros con tiempos extendidos en la ejecución de los proyectos. Más cuando hay unas altas tasas y la inflación está por las nubes. Y los retornos en este negocio son del 10%. Sin embargo a largo plazo no se descartarían”.

¿Qué otros proyectos o inversiones que ejecutarán a corto y mediano plazo?

“Seguiremos con los planes de inversión para ampliar la operación en Colombia. Pero sin claridad regulatoria será muy difícil que continuemos invirtiendo en el país. Y las inversiones proyectadas es para ir al mismo ritmo del crecimiento en la demanda de energía. Y los recursos proyectados superan los US$4.000 millones. Tenemos un portafolio grande para el desarrollo de plantas solares que estamos revisando, que representan 1.000 MW de capacidad instalada, y que será la prioridad en el corto plazo.

Además, tenemos listos para iniciar el montaje de dos hidroeléctricas, ambas en el departamento de Antioquia. Una en el municipio de San Carlos con capacidad instalada de 100 MW que se llamará Palagua, y la otra en Puerto Berrío de 50 MW. De otro lado, seguiremos con la estrategia de compra de activos de infraestructura con operación activa para la generación de energía renovable en todo el país”.

ISA ya almacena energía en Brasil 1.000 MW nuevos se necesitan todos los años para ir al ritmo de la demanda de energía.

CONTEXTO DE LA NOTICIA ¿QUÉ SIGUE? ¿POR QUÉ LA SUBASTA DE EXPANSIÓN? “

El país debe desarrollar una nueva subasta de expansión de energía. Hay que estar muy pendiente ante un escenario crítico de clima. En el apagón de 1993 y 1994 se presentaron tres variables: la demora en la entrada de operación de un gran proyecto de generación como fue El Guavio, el fenómeno de ‘El Niño’ y las elecciones regionales con una volatilidad política. Hoy la realidad es igual a la de hace 30 años: Hidroituango se demoró en entrar y lo hizo parcialmente, se viene una época de intenso verano y el próximo año vienen los comicios municipales y departamentales, también con volatilidad política. El 2024 sería un año muy crítico a nivel energético para el país.

Mientras entre en operación las turbinas 3 y 4 de Hidroituango, y se despeje quien construirá la segunda fase de la megaobra, y se defina el inicio de los parques eólico en La Guajira, debe haber una subasta de expansión en la que se tomen en cuenta todas las tecnologías, incluso las convencionales. Hay que tener en cuenta que en Colombia no funcionan los modelos de predicción ya que los eventos climáticos son impredecibles”.

Fuente: El Colombiano