Mientras el dólar se incrementó un 100 por ciento en 15 años, el combustible creció un 130 por ciento Se espera que a su regreso de Japón el presidente Lacalle defina el precio de los combustibles para noviembre
Para encontrar un barril de petróleo con el mismo precio que el actual rondando los 95 dólares, hay que retrotraerse al año 2008, en el que el promedio anual se situó en los 92 dólares, con picos de 132 dólares (julio de 2008).
Cabe señalar que ya en este año que se toma de ejemplo, las gasolinas tributaban IMESI, al igual que hoy, impuesto que los grava desde el primer gobierno del Tabaré Vázquez.
Por aquel entonces, con un dólar apenas por encima de los 19 pesos, un litro de nafta Super 95, costaba 32 pesos, mientras que en el caso del gasoil, esta medida llegaba a los 31.70 pesos.
PETRÓLEO Y DÓLAR, LOS DOS SOCIOS
La curva de la escalada en materia de precio de los combustibles, no ha tenido relación con dos de sus principales varialbres: el petróleo y el dólar.
Haciendo una comparativa en materia de costo del barril en pesos uruguayos, tomando 92 dólares de referencia, y un dólar a 19 pesos (cambio en 2008) el barril de crudo se hubiese pagado al día de hoy $ 1.748 pesos, mientras que, con el dólar a 40 pesos, ANCAP debe pagarlo $ 3.680 pesos uruguayos, casi un 100 por ciento de lo que sucedía en 2008.
PRECIOS DE NOVIEMBRE
En este escenario el Gobierno deberá definir los precios de noviembre, que como ya adelantó Surtidores y de acuerdo al precio internacional del galón de gasolina que debe tomar la URSEA para el hipotético caso que ANCAP importara el refinado, tendría un incremento cercano a los 2 pesos.
Por su parte el gasoil sigue siendo la “estrella” de los mercados petroleros, en virtud de la gran demanda mundial de este combustible, y la escasa oferta, lo que lo colocó en un precio histórico por encima de las gasolinas, algo de lo que no se tenía registro en el mundo.
DICOTOMÍA PRESIDENCIAL
Según los números en poder de Surtidores, extraídos de las mismas fuentes y mercados de referencia que URSEA, en los que basa su PPI, este combustible utilizado mayormente por el agro, la industria y el transporte, debería recibir un aumento cercano a los 4 pesos.
La dicotomía a la que se enfrentará el Gobierno el último día de octubre, será si sube todos los productos o tal vez aplique a las gasolinas un ajuste levemente mayor a lo que marcaría el PPI y mantenga el precio del gasoil.
De todos modos, es seguro que debamos esperar a que el presidente Lacalle regrese de Japón conjuntamente con el ministro Omar Paganini para conocer la definición al respecto.
Lo que sí podemos afirmar es que la tendencia a la baja que se arrastraba de los últimos dos meses no se verá en noviembre.
Fuente: Surtidores