Según el texto, las empresas tendrán los siguientes plazos, contados a partir de la publicación de la norma, para adecuarse a las normas:
270 días para distribuidores de combustible de aviación;
300 días para operadores de terminales fluviales, productores de biodiésel, transportistas por oleoductos y distribuidores de GLP (gas para cocinar);
330 días para plantas petroquímicas, distribuidoras de combustibles líquidos, formuladoras de gasolina y diesel oil, procesadoras de gas natural y refinerías de petróleo;
360 días para cooperativas, comerciantes y productores de etanol.
La resolución aún se publicará en el Boletín Oficial.
Según la ANP, el cambio es necesario para que haya una previsión anticipada de desabastecimiento, especialmente a raíz de las ventas de la refinería de Petrobras. Dado que la empresa estatal ahora tendrá una participación menor en la producción, la agencia dice que el monitoreo diario identificará los riesgos de escasez.
En diciembre, Poder mostró que la refinería de Mataripe (antes RLAM), en Bahía, la 1ª vendida por la petrolera, suspendió el suministro de combustible a los barcos pocos días después de que Acelen, del fondo Arab Mubadala, se hiciera cargo de la operación.
“La medida responde al escenario actual, en el que Petrobras, principal proveedora de combustibles del país, tiene una política de desinversión, lo que hace aún más relevante que la Agencia mejore el seguimiento del suministro”, señaló la ANP en una nota.
Además de que la frecuencia actual de los inventarios es mensual, la ANP permite brindar información con un desfase de hasta 15 días con relación al cierre del mes de referencia.
Según la agencia, la información diaria será sobre las existencias de los siguientes productos:
gasolina A (sin etanol añadido);
gasolina C (con adición de etanol anhidro, de venta en gasolineras);
GLP (gas para cocinar);
gasóleo A;
gasóleo B (con adición de biodiésel, vendido en gasolineras),
gasóleo marino;
etanol hidratado (vendido en gasolineras);
etanol anhidro;
biodiésel;
Oleo combustible;
queroseno de aviación (QAV); y
gasolina de aviación (GAV).
La venta de las refinerías de Petrobras forma parte del TCC (Término de Compromiso de Cese) firmado en 2019 entre la empresa y el CADE (Consejo Administrativo de Defensa Económica), por el cual la petrolera se comprometió a deshacerse de cerca de la mitad de su capacidad de refinación en el país. El compromiso apunta a la apertura del mercado, que hasta entonces era considerado un monopolio de la empresa.
Además de la refinería de Mataripe, Petrobras acordó con el Consejo la enajenación de otras 7. Son:
Unidad de Industrialización del Shale (SIX), en Paraná;
Refinería Gabriel Passos (Regap), en Minas Gerais;
Refinería Abreu e Lima (Rnest), en Pernambuco;
Refinería Presidente Getúlio Vargas (Repar), en Paraná;
Refinería Alberto Pasqualini (Refap), en Rio Grande do Sul;
Refinería Isaac Sabbá (Reman), en Amazonas;
Lubricantes y Derivados del Petróleo del Nordeste (Lubnor), en Ceará.
De estos, solo Reman y SIX tuvieron sus contratos de venta firmados, el 25 de agosto y el 11 de noviembre, respectivamente. Según el último comunicado de Petrobras, los procesos para la firma del contrato de venta de Regap y Lubnor aún están en curso.
Fuente: Poder 360