De forma sorpresiva, el sindicato de petroleros privados de Santa Cruz, que dirige Claudio Vidal, envío ayer, poco después de las 18, un comunicado por WhatsApp informando el inicio de un paro en todos los yacimientos de YPF en la provincia patagónica. A Vidal lo esperaban a última hora de ayer en la torre de Puerto Madero y leyeron su amenaza como un intento de robustecer su posición antes de sentarse a negociar, justo un día después de que el voto del flamante diputado nacional en representación del frente SER fuera uno de los que utilizó el gobierno para aprobar la reforma al régimen de Bienes Personales.
Allegados a YPF señalaron que la visita de Vidal ayer a YPF no tenía relación con su voto en el Congreso, pero la proximidad temporal entre uno y otro hecho dificulta no vincular ambos sucesos. “El acuerdo de Vidal en el Congreso es político y no tiene nada que ver con YPF. Pero, bueno, mezclan todo. Se supone que un sindicalista tiene que estar ideológicamente alineado con lo que se votó ayer (por el martes)”, indicaron a EconoJournal fuentes cercanas a la petrolera estatal.
La relación de Vidal con YPF es tensa desde hace años y durante el gobierno de Alberto Fernández estuvo lejos de ordenarse. Por un lado, porque para la petrolera bajo control estatal implica articular con un actor díscolo e impredecible como Vidal en un contexto de restricciones. La prioridad de YPF está hoy en Vaca Muerta. La rentabilidad está en el desarrollo de sus yacimientos no convencionales de Neuquén y no en los campos convencionales declinantes de Santa Cruz. Por eso, más allá de los anuncios políticos que realizó la empresa —como el del 1 de julio de 2020, en el que se comprometió a levantar 22 equipos torre en la provincia—, la realidad es mucho más modesta.
Fuente: Econojournal
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