Petrobras culminó la perforación del pozo exploratorio de petróleo pionero en el bloque ES-M-669, en el presal de la Cuenca de Espírito Santo. Perforado a 145 km de la costa, en un lugar conocido como Monai, figura mitológica de la cultura guaraní, el proyecto batió varios récords, incluido el pozo más profundo jamás perforado en Brasil,
con alrededor de 7.700 metros; y la capa de sal más grande jamás perforada en el país, con aproximadamente 4.850 m.

“El uso intensivo de tecnología y el desempeño eficiente de los equipos involucrados también nos permitió reducir el tiempo de perforación de pozos en aproximadamente un 50%, en comparación con el promedio histórico para proyectos de esta naturaleza y complejidad, lo que también representa una importante reducción de costos. La exploración de esta nueva frontera en el presal de la Cuenca de Espírito Santo reafirma el enfoque de Petrobras de operar en aguas ultraprofundas a través de alianzas con otras empresas ”, destacó el director de Desarrollo Productivo, João Henrique Rittershaussen.

A diferencia de un pozo productor de petróleo, un pozo exploratorio tiene como objetivo obtener información sobre las características de las rocas perforadas, su geología, las presiones existentes y la presencia de yacimientos de petróleo o gas.

La perforación del pozo wildcat Monai obtuvo toda la información geológica esperada para la adecuada evaluación de la zona. Los datos obtenidos están siendo analizados para definir el futuro del bloque ES-M-669. Cabe señalar que la información geológica obtenida en áreas exploratorias de frontera, como el Monai, también subsidia la mejora de estudios y modelación para otras áreas y cuencas, incorporando importantes conocimientos estratégicos para la empresa.

Incluso con desafíos técnicos sin precedentes, el pozo rompió varios récords

Ubicada en una nueva frontera exploratoria, la perforación del pozo Monai se caracterizó por un escenario con importantes desafíos técnicos y un alto nivel de complejidad operativa. El pozo se perforó en un lugar con una profundidad de agua (distancia entre la superficie del agua y el lecho marino) de 2.366 metros. La profundidad récord total del pozo de 7.700 metros, a modo de comparación, equivale a 1,3 veces la altura del monte Kilimanjaro, la montaña más alta de África. El récord de profundidad anterior fue para el conocido como Parati, uno de los precursores del descubrimiento del presal, perforado en 2005, en la Cuenca de Santos, con 7.630 metros.

Otro récord importante obtenido por el pozo Monai fue la capa de sal más gruesa jamás perforada, a 4.850 metros, equivalente a la altura de casi seis Burj Khalifa, el rascacielos más alto del mundo. El espesor habitual de la capa de sal en los pozos petroleros del presal de la cuenca de Santos, el polo petrolero del presal más grande del planeta, ronda los 2.000 a los 2.200 metros.

El pozo Monai también superó otros récords de perforación en Brasil. Es el pozo (segmento) monofásico más largo en un pozo vertical / direccional en el país, mide aproximadamente 3.400 metros. Además, el pozo también estableció el récord de la columna de amarre más larga, un tipo de tubería de acero que conecta un tramo de tubería en el fondo del pozo a la “cabeza” del pozo, instalado en el lecho marino. La columna de amarre en el pozo Monai tiene una longitud total de 4.300 metros.

Finalmente, el pozo Monai tuvo el mayor peso de revestimiento jamás descendido en aguas brasileñas, con 794 toneladas, el equivalente a cinco ballenas azules, el animal más pesado del planeta. El revestimiento es una columna de acero que recubre las paredes del pozo para mantener su estabilidad e integridad, evitando que las rocas caigan al pozo y actuando también como una importante barrera protectora contra la fuga de fluidos al ambiente externo.

Las grandes profundidades alcanzadas plantearon una serie de desafíos para Petrobras. En general, cuanto más profunda es la perforación, más compactas y densas son las rocas existentes. A modo de comparación, la velocidad de perforación cerca del lecho marino alcanza unos 100 metros por hora. En horizontes muy profundos, como en las etapas finales de Monai, la velocidad de perforación desciende a menos de 5 metros por hora.

La presión a grandes profundidades, como las alcanzadas por el pozo Monai, también plantea un gran desafío para la perforación segura de pozos. En estos horizontes geológicos profundos, la presión alcanza valores de alrededor de 17.000 psi, el equivalente a aproximadamente 1200 veces la presión existente en la atmósfera terrestre al nivel del mar o 500 veces la presión del aire en un neumático de automóvil.

La perforación en estos niveles de severidad ha requerido una constante evolución tecnológica por parte de Petrobras. En el proyecto se utilizaron tecnologías de última generación, como equipos de perforación con alta especificación técnica, brocas de última generación, sistemas de perforación avanzados como la Perforación a Presión Administrada (MPD), que consiste en Gestión del tiempo de presión en el pozo, mediante el uso de sensores, aumentando la eficiencia y especialmente la seguridad de la operación.

El proyecto también contó con sistemas de vigilancia operativa a bordo y remota 24x7, lo que contribuyó de manera decisiva a la eficiencia operativa y la seguridad. Además, tanto en la planificación como en la ejecución de pozos, Petrobras ha hecho un uso intenso de lecciones aprendidas, nuevas tecnologías, automatización y soluciones digitales para asegurar que las operaciones se realicen con excelencia y generen valor significativo para sus proyectos.

Inversiones

El Bloque ES-M-669 fue adquirido en 2013, en la XI Ronda de Concesiones de la Agencia Nacional de Petróleo, Gas Natural y Biocombustibles (ANP). Petrobras es el operador del bloque con una participación de 40%, mientras que Equinor y Total, que completan la formación del consorcio, tienen 35% y 25% respectivamente. Desde la adquisición del bloque, ya se han invertido importantes recursos en sísmica, en la perforación del pozo exploratorio pionero y en otras actividades.

Estas inversiones, que aún se desarrollan en una fase de incertidumbre sobre la viabilidad de la producción, muestran el riesgo económico habitual al que está sujeta toda la industria petrolera. A este capital ya utilizado en exploración, se sumarán otros gastos considerables en la producción y refinación de petróleo, y en el transporte y venta de derivados del petróleo, para que combustibles, como la gasolina y el diesel, lleguen al consumidor final. Un hito en la industria de exploración petrolera de Brasil, el proyecto de perforación de pozos Monai refleja el enfoque de Petrobras en la seguridad, la eficiencia, la tecnología y la creación de valor. Siguiendo estos principios, la empresa será cada vez más fuerte y podrá contribuir a la prosperidad de la sociedad.

Fuente: TN Petróleo