La iniciativa prevé una inversión de US$ 150 millones, y permitirá completar el proyecto iniciado en 2007 que quedó paralizado durante el gobierno de Cambiemos.
El gasoducto tenía la idea inicial de promover el abastecimiento de gas natural desde Bolivia a las provincias del Noreste Argentino (Chaco, Formosa, Corrientes, Misiones, Entre Ríos y norte de Santa Fe), y contemplaba la concreción de 1.500 kilómetros de ductos troncales y otros 1.500 kilómetros de ramales.
La suspensión de la obra durante la gestión de Cambiemos cuando sólo faltaban 100 kilómetros de tendido de caños y los problemas de suministro desde Bolivia, obligaron a repensar sus objetivos, lo que explica las obras recientemente anunciadas por el Gobierno nacional.
La alternativa hoy es usar el gasoducto en sentido inverso, lo que permitirá inyectar el gas proveniente de la Cuenca Neuquina y llevarlo hasta Campo Durán en Salta, para luego continuar el transporte por el Gasoducto Norte.
En la actualidad, el GNEA se encuentra en servicio en forma parcial, y al finalizar los 100 kilómetros de tramo troncal faltante, y con la ampliación de compresión se cubrirán las demandas de Santa Fe, Chaco, Formosa y Salta, utilizando la conexión al gasoducto San Jerónimo-Santa Fe.
La llegada de gas neuquino a Campo Durán (Salta) posibilitará disminuir las importaciones desde Bolivia y adecuar las modificaciones técnicas destinadas a invertir el sentido de flujo del gasoducto Norte.
Se busca transportar 10 MMm3 /d firme todo el año, y el fluido será transferido al gasoducto Norte equilibrando así la oferta con la demanda esperada en Jujuy, Salta, Tucumán y Santiago del Estero.
Fuente: El Destape