Los principales villanos del aumento, como era de esperar, fueron los combustibles, que aumentaron en más del 40%. En el caso del etanol, el incremento alcanzó casi el 70%.
El gasto en el hogar también influyó en las facturas: además de dispararse los precios de los alimentos, la electricidad, el gas de cocina y el gas canalizado también aumentaron drásticamente.
Fuente: O Globo