Con el objetivo de promover la generación de electricidad a través de fuentes solares en Argentina, la Universidad de San Martín (UNSAM) y la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), junto con cinco empresas privadas, conformaron el Consorcio Iresud, la sociedad de trabajo dedicada al impulso del proyecto “Interconexión de sistemas fotovoltaicos a la red eléctrica en ambientes urbanos”.
La propuesta original fue entre 2012 y 2016, ante un llamado del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (MINCyT), y fue la impulsora del desarrollo de leyes y normas vinculadas a la generación distribuida mediante energías renovables.
Durante su ejecución, se instalaron más de 50 sistemas fotovoltaicos conectados a la red, con una potencia total cercana a 200 kW, en 15 provincias.
Al respecto, en una entrevista exclusiva con +e, Julio Durán, investigador de la CNEA e impulsor del Proyecto Iresud, explicó: “En 2011 no había ninguna reglamentación para la energía distribuida en el país y no estaba permitido que ningún usuario residencial, comercial o industrial instalara en su vivienda o edificio paneles solares fotovoltaicos y los conectara a la red”.
“Presentamos un plan de generación distribuida con energía fotovoltaica conectada a redes en áreas urbanas. La idea era promover el desarrollo de la legislación y de regulaciones en distintas partes de Argentina”, detalló. Con el lanzamiento de la iniciativa, tres provincias establecieron una reglamentación. La primera de fue Santa Fe en 2013, siguió Salta en 2014, y finalmente Mendoza, que tenía una ley desde 2005 y reglamentó la conexión a la red.
El proyecto estuvo parcialmente subsidiado con Fondos Argentinos Sectoriales (FITS 008-2010) y contó con el apoyo de diversas universidades y organismos vinculados al sector energético.
Los sistemas contemplados dentro del Proyecto Iresud están compuestos por paneles solares y un equipo electrónico, que se conectan directamente a la red eléctrica en paralelo e inyectan energía para su consumo. “Los equipos, al no tener batería, generan solo cuando hay energía solar. Además, como están conectados a la red, no pueden inyectar si el servicio eléctrico se cae, y por norma, tienen que desconectarse”, contó.
“Hay momentos del día en los que uno consume poca energía -señaló el investigador-, como por ejemplo a la tarde, cuando es el máximo de generación de energía solar. Según lo establecido en la Ley nacional, esa energía que sobra cuando hay poco consumo en la vivienda es inyectada a la red, y la distribuidora la compra a un valor más bajo”.
“Por un lado hay un ahorro porque se consume menos de la red y por otro lado hay un reintegro de lo que sobró y se inyectó”, agregó.
En 2015, en el marco del proyecto Iresud, se llevó a cabo una experiencia piloto en Centenario, destinada al desarrollo de redes de energía modernas y flexibles (ver aparte) que combinó el uso de generación distribuida e infraestructura de comunicación y gestión de datos.
La iniciativa está a cargo de la UNSAM, el Ente Provincial de Energía del Neuquén (EPEN) y la empresa Aldar. Y cuenta con la participación del Departamento Energía Solar de la CNEA y es parcialmente financiado por Fondos Sectoriales Argentinos (Fonarsec), de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCYT).
“Cuando terminaba el primer proyecto, hubo un nuevo llamado del Ministerio vinculado al desarrollo de las energías renovables y a las redes inteligentes. Como ya teníamos contacto con el EPEN, les propusimos presentar un esquema que implicaba equipos de generación distribuida”, señaló Durán. “Una de las metas principales del segundo proyecto fue la de realizar varias instalaciones en la misma zona bajo un mismo transformador de la firma distribuidora”, indicó.
> Cómo es el plan en Centenario Hay 300 paneles solares en Centenario, en varios sistemas con potencias que van desde 1,5 kW (en el BPN) hasta 40 kW (en la cubierta de la Municipalidad). El 40% de los equipos fueron colocados en la zona centro de la ciudad, donde se suman instalaciones en dos escuelas y en la Asociación Padres y Amigos Del Discapacitado (Apadic). “Los equipos se adquieren con el subsidio recibido y se compran a través de los organismos públicos. Los dueños son la CNEA y la UNSAM, y en el caso de Neuquén, el EPEN es responsable de la parte de la instalación y montaje”, dijo Julio Durán. Uno de los objetivos fue evaluar el funcionamiento de la red.
Fuente: Más Energías