La planta de urea y amoniaco (PAU), que demandó una inversión de 953 millones de dólares, fue inaugurada en septiembre de 2017. Según el Informe de Estado de la PAU, emitido el 14 de junio de este año, al que accedió Los Tiempos, hasta fines de 2019 la planta había paralizado sus operaciones 17 veces en un total de 134 días. Sin embargo, Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) negó paros durante ese periodo.
El informe menciona que sólo en 2018 la planta estuvo paralizada durante 100 días. La mayoría de las veces por fallas en diferentes turbinas, rectores, turbocompresores y otros. Además, paró en dos ocasiones en 2019 por sobre stock de producción, mientras que en noviembre de 2019 cesó operaciones de manera definitiva por falta de insumos y riesgo de toma de la planta, señala el informe.

No obstante, el pasado 6 de septiembre, durante el acto de reinicio de operaciones de la planta, el gerente de industrialización de YPFB, Henry Lapaca, negó que ésta hubiera tenido paralizaciones en 2018 y 2019, durante la gestión del MAS.

“No estaba parada la planta; estaba funcionando, se puede verificar en el histórico de la fábrica. Antes del gobierno de Áñez no estaba parada, yo era el director y funcionaba al 93 por ciento de capacidad”, dijo Lapaca.

Fuente: Los Tiempos

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