Pasan los años y el cuerpo cambia. Es inevitable: tarde o temprano todos los seres humanos terminaremos con la piel más arrugada y, probablemente, con la pérdida parcial de uno u otro sentido.
BBC Mundo

Pero quizás uno de los signos más evidentes (y simbólicos) de la vejez, está en el cabello: esos pelos blancos que, sin previo aviso, comienzan a aparecer. Sin embargo, un nuevo experimento llevado a cabo por investigadores estadounidenses y brasileños confirma que no solo la vejez es la culpable de un pelo canoso sino también el estrés.

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