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Egos, rencillas y jet-lag. Qué mejor mezcla para reventar el statu quo institucional de la Unión Europea y desencadenar un cambio de era política en solo una noche de verano tan estéril como intensa. La fallida cumbre del 30 de junio no ha resuelto ni uno solo de los nombramientos para la que se había convocado.
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Egos, rencillas y jet-lag. Qué mejor mezcla para reventar el statu quo institucional de la Unión Europea y desencadenar un cambio de era política en solo una noche de verano tan estéril como intensa. La fallida cumbre del 30 de junio no ha resuelto ni uno solo de los nombramientos para la que se había convocado.
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