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Hace 20.000 años, la Tierra estaba estaba inmersa en el Último Máximo Glacial (LGM, por sus siglas en inglés), un momento de apogeo del último periodo glacial en el que el hielo alcanzó su máxima extensión: enormes placas cubrían América del Norte, el norte de Europa y gran parte de Asia, lo que hizo expandir la desertificación y descender enormemente los niveles de los océanos, que en teoría se hicieron más salados. Esta situación perduró hasta que hace unos 19.000 años comenzó un deshielo que se extendió durante milenios.
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Hace 20.000 años, la Tierra estaba estaba inmersa en el Último Máximo Glacial (LGM, por sus siglas en inglés), un momento de apogeo del último periodo glacial en el que el hielo alcanzó su máxima extensión: enormes placas cubrían América del Norte, el norte de Europa y gran parte de Asia, lo que hizo expandir la desertificación y descender enormemente los niveles de los océanos, que en teoría se hicieron más salados. Esta situación perduró hasta que hace unos 19.000 años comenzó un deshielo que se extendió durante milenios.
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