Pekín reúne a 37 jefes de Estado en la segunda cumbre de su iniciativa de bandera, cuya expansión ha topado con reveses económicos y políticos.
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La diplomacia china despliega toda su artillería a partir de este viernes con la celebración del segundo foro sobre la Ruta de la Seda, proyecto clave del presidente Xi Jinping basado en la creación de una enorme red de infraestructuras por todo el mundo. Su concepción en 2013 llamó la atención de todas las capitales del planeta tanto por su ambición como por las incógnitas que rodeaban al plan. Hoy su expansión es innegable, pero muchas preguntas persisten dentro y fuera del país sobre sus fines políticos o viabilidad económica, mientras crecen los recelos tanto en la UE como en Estados Unidos. Pekín es consciente de ello y promete ciertos ajustes en un proyecto que ha llegado para quedarse.

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