FUENTE: LOS TIEMPOS
¿Pero cómo opera el “jukeo”? Según la investigación que llevan adelante la Policía y el Ministerio Público, el “jukeo” incluye una red criminal que está integrada por familias completas, pero además es apoyada por algunos trabajadores formales para “blanquear el mineral”. La Empresa Minera de Huanuni está compuesta por tres cerros: Posokoni, Cuchillani y Convento. El primero, en el que se encuentra la mina principal, es donde operan los ladrones de mineral debido a que concentra la mayor parte del estaño.
Se conoce que este grupo irregular proviene de poblaciones aledañas. El fiscal departamental de Oruro, Orlando Zapata, reveló a Los Tiempos que, para conseguir las vetas apetecidas por los “jukus”, se utilizan diversos accesos al cerro Posokoni e incluso —dijo— algunas viviendas tienen acceso directo a lamina . “En la población de Cataricagua, que es una población ahí arriba en Huanuni, usted tiene un domicilio y desde su patio puede tener acceso a la mina. También hemos encontrado en operativos en la ciudad de Oruro pequeños ingenios con sus piscinas para el lavado y concentrado del mineral”, afirmó el Fiscal del Oruro al graficar la magnitud y alcance del robo de minerales. Complicidad La investigación indica que ahora los “jukus” no tienen que entrar a la mina con herramientas para explotar y sacar el estaño, sino que ahora trabajarían en colaboración con los mineros formales, quienes dejarían el mineral acopiado en un lugar específico previamente acordado con los “jukus”.
Esto fue confirmado por Zapata, quien aseguró que el “jukeo” se desarrolla con la colaboración y apoyo de algunos trabajadores regulares de la mina. “Son los que proporcionan (la ubicación exacta) de donde estaría la veta, entonces los ‘jukus’ qué hacen, entran en horas de la madrugada directo a la veta”. Explicó que los mineros formales hacen las explosiones y no recogen el mineral, “cuando son ellos los que deberían recoger. No recogen y es como se lo dejarían listo para el ‘juku’”. Antes —agregó—, el “juku” entraba con su combo y su cincel a trabajar, iba, buscaba la veta, trabaja y sacaba lo que picaba; ahora, el “juku” entra directo con sus elementos para cargar y se va, no entra con ninguna herramienta.
“Entonces qué nos dice esto, efectivamente que alguien les hace esperar el mineral listo para cargar , alguien hace eso”, concluyó. Blanqueo de mineral Como producto del último enfrentamiento en Huanuni, la Central Obrera Boliviana (COB) acusó a las cooperativas de comprar el mineral robado, es decir que “blanquean” el mineral que fue sustraído de forma ilegal por los “jukus”. Sin embargo, los mismos cooperativistas señalaron que el fenómeno del “jukeo” se da porque ya no hay yacimientos para trabajar en Lllagua, Potosí. El expresidente de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol) Héctor Córdova, en la misma línea, dijo que el robo de mineral es una respuesta a la falta de empleo en las regiones mineras, un problema que las autoridades parecen no atender. MINERÍA 20 grupos en Huanuni El Ministerio de Minería identificó 35 grupos de “jukus” o ladrones de minerales organizados que asedian a la Empresa Minera de Huanuni. “El equipo de inteligencia desplegado identificó al menos 35 grupos de ‘jukus’, de los cuales 20 se desplazan en Huanuni, 10 en Llallagua y cinco en la población de Cataricagua. Cada uno está conformado por entre 30 y 50 personas”, informó el ministro César Navarro.
Los “rescatiris” compran el mineral de los “jukus” Estos grupos ilícitos trabajan con el “jukeo” de los minerales, que luego son vendidos a las comercializadoras. Según el Servicio Nacional de Registro y Control de Comercialización de Minerales y Metales (Senarecom), hay 60 comercializaroras registradas en Oruro que compran estaño. De acuerdo con una investigación de ANF, los “rescatiris”, en el caso de Huanuni, son compradores intermediarios de mineral que obtienen el estaño de los “jukus” para venderlo a algunas comercializadoras con asiento en Oruro. Algunos compradores son cooperativistas y tienen autorización para comprar y acopiar mineral de las mismas cooperativas, pero también lo hacen con el mineral adquirido de los “jukus”, que ya estando en sus manos se legaliza. La mayoría de “rescatiris” procede de Llallagua porque en esa región aún hay cooperativas mineras, aunque ya en declive. Los compradores también van a Huanuni por el contacto que tienen con el jefe de grupo.
El comprador no paga el precio oficial, los “jukus” deben vender el mineral muy por debajo del valor del día. Según datos, el “rescatiri” paga por carga (100 libras) 2 mil bolivianos ($us 287) —la tercera parte—, ya que esa cantidad vale 860 dólares (a 8,6 dólares el precio de la libra fina). El “rescatiri” vende a la comercializadora en 3 mil bolivianos ($us 431). La comercializadora tiene mayor margen de ganancia al entregar a la metalúrgica Vinto o al exportar.
SEPA MÁS El Ejército se hace cargo de la seguridad externa El ministro de Defensa, Javier Zavaleta, informó que el Ejército de Bolivia se encarga de la seguridad externa de la mina de Huanuni desde 2008. Policías hacen el resguardo al interior En la última semana, la Empresa Minera de Huanuni es resguardada al interior por 88 policías y 120 militares del Ejército en la parte externa, quienes identificaron varios lugares de ingreso ilegal al cerro Posokoni.
Dos ataques a patrulla de control En lo que va del año se registraron dos enfrentamientos entre los “jukus” y los militares que están a cargo de resguardar el centro minero de Huanuni, en Oruro. Más de 100 ingresos a la mina de Huanuni El ministro de Gobierno, Carlos Romero, señaló que existen redes delincuenciales que utilizan a menores para el robo de mineral porque no son imputables. Además, señaló que el control de centro minero de Huanuni es complejo porque existen más de 100 ingresos.
¿Pero cómo opera el “jukeo”? Según la investigación que llevan adelante la Policía y el Ministerio Público, el “jukeo” incluye una red criminal que está integrada por familias completas, pero además es apoyada por algunos trabajadores formales para “blanquear el mineral”. La Empresa Minera de Huanuni está compuesta por tres cerros: Posokoni, Cuchillani y Convento. El primero, en el que se encuentra la mina principal, es donde operan los ladrones de mineral debido a que concentra la mayor parte del estaño.
Se conoce que este grupo irregular proviene de poblaciones aledañas. El fiscal departamental de Oruro, Orlando Zapata, reveló a Los Tiempos que, para conseguir las vetas apetecidas por los “jukus”, se utilizan diversos accesos al cerro Posokoni e incluso —dijo— algunas viviendas tienen acceso directo a lamina . “En la población de Cataricagua, que es una población ahí arriba en Huanuni, usted tiene un domicilio y desde su patio puede tener acceso a la mina. También hemos encontrado en operativos en la ciudad de Oruro pequeños ingenios con sus piscinas para el lavado y concentrado del mineral”, afirmó el Fiscal del Oruro al graficar la magnitud y alcance del robo de minerales. Complicidad La investigación indica que ahora los “jukus” no tienen que entrar a la mina con herramientas para explotar y sacar el estaño, sino que ahora trabajarían en colaboración con los mineros formales, quienes dejarían el mineral acopiado en un lugar específico previamente acordado con los “jukus”.
Esto fue confirmado por Zapata, quien aseguró que el “jukeo” se desarrolla con la colaboración y apoyo de algunos trabajadores regulares de la mina. “Son los que proporcionan (la ubicación exacta) de donde estaría la veta, entonces los ‘jukus’ qué hacen, entran en horas de la madrugada directo a la veta”. Explicó que los mineros formales hacen las explosiones y no recogen el mineral, “cuando son ellos los que deberían recoger. No recogen y es como se lo dejarían listo para el ‘juku’”. Antes —agregó—, el “juku” entraba con su combo y su cincel a trabajar, iba, buscaba la veta, trabaja y sacaba lo que picaba; ahora, el “juku” entra directo con sus elementos para cargar y se va, no entra con ninguna herramienta.
“Entonces qué nos dice esto, efectivamente que alguien les hace esperar el mineral listo para cargar , alguien hace eso”, concluyó. Blanqueo de mineral Como producto del último enfrentamiento en Huanuni, la Central Obrera Boliviana (COB) acusó a las cooperativas de comprar el mineral robado, es decir que “blanquean” el mineral que fue sustraído de forma ilegal por los “jukus”. Sin embargo, los mismos cooperativistas señalaron que el fenómeno del “jukeo” se da porque ya no hay yacimientos para trabajar en Lllagua, Potosí. El expresidente de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol) Héctor Córdova, en la misma línea, dijo que el robo de mineral es una respuesta a la falta de empleo en las regiones mineras, un problema que las autoridades parecen no atender. MINERÍA 20 grupos en Huanuni El Ministerio de Minería identificó 35 grupos de “jukus” o ladrones de minerales organizados que asedian a la Empresa Minera de Huanuni. “El equipo de inteligencia desplegado identificó al menos 35 grupos de ‘jukus’, de los cuales 20 se desplazan en Huanuni, 10 en Llallagua y cinco en la población de Cataricagua. Cada uno está conformado por entre 30 y 50 personas”, informó el ministro César Navarro.
Los “rescatiris” compran el mineral de los “jukus” Estos grupos ilícitos trabajan con el “jukeo” de los minerales, que luego son vendidos a las comercializadoras. Según el Servicio Nacional de Registro y Control de Comercialización de Minerales y Metales (Senarecom), hay 60 comercializaroras registradas en Oruro que compran estaño. De acuerdo con una investigación de ANF, los “rescatiris”, en el caso de Huanuni, son compradores intermediarios de mineral que obtienen el estaño de los “jukus” para venderlo a algunas comercializadoras con asiento en Oruro. Algunos compradores son cooperativistas y tienen autorización para comprar y acopiar mineral de las mismas cooperativas, pero también lo hacen con el mineral adquirido de los “jukus”, que ya estando en sus manos se legaliza. La mayoría de “rescatiris” procede de Llallagua porque en esa región aún hay cooperativas mineras, aunque ya en declive. Los compradores también van a Huanuni por el contacto que tienen con el jefe de grupo.
El comprador no paga el precio oficial, los “jukus” deben vender el mineral muy por debajo del valor del día. Según datos, el “rescatiri” paga por carga (100 libras) 2 mil bolivianos ($us 287) —la tercera parte—, ya que esa cantidad vale 860 dólares (a 8,6 dólares el precio de la libra fina). El “rescatiri” vende a la comercializadora en 3 mil bolivianos ($us 431). La comercializadora tiene mayor margen de ganancia al entregar a la metalúrgica Vinto o al exportar.
SEPA MÁS El Ejército se hace cargo de la seguridad externa El ministro de Defensa, Javier Zavaleta, informó que el Ejército de Bolivia se encarga de la seguridad externa de la mina de Huanuni desde 2008. Policías hacen el resguardo al interior En la última semana, la Empresa Minera de Huanuni es resguardada al interior por 88 policías y 120 militares del Ejército en la parte externa, quienes identificaron varios lugares de ingreso ilegal al cerro Posokoni.
Dos ataques a patrulla de control En lo que va del año se registraron dos enfrentamientos entre los “jukus” y los militares que están a cargo de resguardar el centro minero de Huanuni, en Oruro. Más de 100 ingresos a la mina de Huanuni El ministro de Gobierno, Carlos Romero, señaló que existen redes delincuenciales que utilizan a menores para el robo de mineral porque no son imputables. Además, señaló que el control de centro minero de Huanuni es complejo porque existen más de 100 ingresos.