FUENTE: LOS TIEMPOS
El Banco Central de Bolivia (BCB) interpreta que este descenso “podría deberse al retorno de los bolivianos al país”. Sin embargo, economistas consultados por este medio, observan que la principal razón es la crisis económica de los países vecinos, lo que ha hecho más difícil a los compatriotas enviar dinero a Bolivia. “Brasil ha puesto fuertes medidas administrativas para el envío y en Argentina es cada vez más difícil conseguir dólares”, dijo el economista Gabriel Espinoza. Por país de origen, las remesas provinieron principalmente de España (42,3 por ciento), Estados Unidos (16,9 por ciento), Argentina (10,5 por ciento), Chile (9,8 por ciento) y Brasil (8,5 por ciento). Las remesas llegaron principalmente a los departamentos de Santa Cruz (40,8 por ciento), Cochabamba (32,4 por ciento) y La Paz (13,4 por ciento).
El restante 13 por ciento se lo reparten los demás departamentos. Según revisión histórica, se trata del primer “descenso” desde 2010, año en que se registró el primer gran bajón, con sólo 939 millones de dólares enviados al país. A partir de entonces, los envíos fueron incrementándose año tras año, hasta llegar a su pico en 2017, con 1.392 millones de dólares. Pero en 2018, la cifra baja en aproximadamente 20 millones. Según el economista Gabriel Espinoza, la tendencia, aún épocas de crisis, siempre era tendiente al alza, por tanto es poco probable que el descenso del año pasado se deba al retorno de bolivianos al país, más aún si se toma en cuenta que economías como Europa y Estados Unidos han tenido un crecimiento del empleo relativamente exitoso. “La caída del envío de remesas se debe prácticamente a la crisis de varios países en la región: Argentina, Brasil, Chile”, explica. “Tanto Argentina como Brasil han asumido medidas más administrativas que han hecho difícil enviar o sacar dinero de sus países. A eso hay que sumarle la crítica situación cambiaria en Argentina que también hace más complicado a los migrantes cambiar dólares para poder enviarlos”.
Espinoza enfatizó que el envío de remesas al país constituye el segundo rubro de ingreso después de las exportaciones, y, si bien el descenso de 20 millones de dólares no es algo traumático, hay que considerar que la gran mayoría de las remesas vienen por canales no oficiales y que no se registran. Por tanto, es probable que el descenso sea aún mayor. De cualquier manera, se espera que los migrantes continúen enviando remesas, pese a la crisis.

El Banco Central de Bolivia (BCB) interpreta que este descenso “podría deberse al retorno de los bolivianos al país”. Sin embargo, economistas consultados por este medio, observan que la principal razón es la crisis económica de los países vecinos, lo que ha hecho más difícil a los compatriotas enviar dinero a Bolivia. “Brasil ha puesto fuertes medidas administrativas para el envío y en Argentina es cada vez más difícil conseguir dólares”, dijo el economista Gabriel Espinoza. Por país de origen, las remesas provinieron principalmente de España (42,3 por ciento), Estados Unidos (16,9 por ciento), Argentina (10,5 por ciento), Chile (9,8 por ciento) y Brasil (8,5 por ciento). Las remesas llegaron principalmente a los departamentos de Santa Cruz (40,8 por ciento), Cochabamba (32,4 por ciento) y La Paz (13,4 por ciento).
El restante 13 por ciento se lo reparten los demás departamentos. Según revisión histórica, se trata del primer “descenso” desde 2010, año en que se registró el primer gran bajón, con sólo 939 millones de dólares enviados al país. A partir de entonces, los envíos fueron incrementándose año tras año, hasta llegar a su pico en 2017, con 1.392 millones de dólares. Pero en 2018, la cifra baja en aproximadamente 20 millones. Según el economista Gabriel Espinoza, la tendencia, aún épocas de crisis, siempre era tendiente al alza, por tanto es poco probable que el descenso del año pasado se deba al retorno de bolivianos al país, más aún si se toma en cuenta que economías como Europa y Estados Unidos han tenido un crecimiento del empleo relativamente exitoso. “La caída del envío de remesas se debe prácticamente a la crisis de varios países en la región: Argentina, Brasil, Chile”, explica. “Tanto Argentina como Brasil han asumido medidas más administrativas que han hecho difícil enviar o sacar dinero de sus países. A eso hay que sumarle la crítica situación cambiaria en Argentina que también hace más complicado a los migrantes cambiar dólares para poder enviarlos”.
Espinoza enfatizó que el envío de remesas al país constituye el segundo rubro de ingreso después de las exportaciones, y, si bien el descenso de 20 millones de dólares no es algo traumático, hay que considerar que la gran mayoría de las remesas vienen por canales no oficiales y que no se registran. Por tanto, es probable que el descenso sea aún mayor. De cualquier manera, se espera que los migrantes continúen enviando remesas, pese a la crisis.