FUENTE: LA PRENSA
La afirmación corresponde el presidente de la Cámara Boliviana de Transporte Pesado Internacional, Gonzalo Valdivieso, a tiempo de evaluar los problemas causados en la zona el pasado 31 de enero, cuando un desborde del río Acho se llevó al menos 50 metros de la carpeta asfáltica de la carretera.
El incidente causó que más de un millar de vehículos quedaran retenidos en la frontera causando pérdidas económicas a las empresas de transporte de Bolivia. Valdivieso explicó que las instancias chilenas lograron habilitar desvíos a partir del pasado 4 de febrero y que el paso de los vehículos por el lugar es coordinado para la utilización de una sola lengua, es decir se coordina para que pasen primero 20 vehículos de ida y después los de vuelta, además de hacerse pausas cada cierto tiempo para hacer el mantenimiento de los desvíos.
Esta situación, según el caso, provoca demoras en los viajes de los transportistas de entre dos y cuatro horas, haciendo que un viaje que debería tomar seis horas, desde la frontera Perú-Chile hasta el puerto de Arica, tome unas 10 horas, explicó Valdivieso.
El miércoles pasado, otro millar de vehículos fue retenido en la frontera con Bolivia, aunque, en este caso, la razón fue la nieve en as zonas altas de la carretera. “Por cada camión retenido perdemos entre 500 y 700 dólares, pero además está el tema de las navieras. Por cada día que no recojamos los contenedores nos cobran una multa de 50 dólares, y pasados los 15 días nos suben a 100”, explicó Valdivieso. Diariamente circulan entre 400 y 500 camiones nacionales por esa ruta.
La afirmación corresponde el presidente de la Cámara Boliviana de Transporte Pesado Internacional, Gonzalo Valdivieso, a tiempo de evaluar los problemas causados en la zona el pasado 31 de enero, cuando un desborde del río Acho se llevó al menos 50 metros de la carpeta asfáltica de la carretera.
El incidente causó que más de un millar de vehículos quedaran retenidos en la frontera causando pérdidas económicas a las empresas de transporte de Bolivia. Valdivieso explicó que las instancias chilenas lograron habilitar desvíos a partir del pasado 4 de febrero y que el paso de los vehículos por el lugar es coordinado para la utilización de una sola lengua, es decir se coordina para que pasen primero 20 vehículos de ida y después los de vuelta, además de hacerse pausas cada cierto tiempo para hacer el mantenimiento de los desvíos.
Esta situación, según el caso, provoca demoras en los viajes de los transportistas de entre dos y cuatro horas, haciendo que un viaje que debería tomar seis horas, desde la frontera Perú-Chile hasta el puerto de Arica, tome unas 10 horas, explicó Valdivieso.
El miércoles pasado, otro millar de vehículos fue retenido en la frontera con Bolivia, aunque, en este caso, la razón fue la nieve en as zonas altas de la carretera. “Por cada camión retenido perdemos entre 500 y 700 dólares, pero además está el tema de las navieras. Por cada día que no recojamos los contenedores nos cobran una multa de 50 dólares, y pasados los 15 días nos suben a 100”, explicó Valdivieso. Diariamente circulan entre 400 y 500 camiones nacionales por esa ruta.