Bolivia registró déficits consecutivos de $us 843 millones (2015), de $us 1.305 millones (2016) y de 970 millones (2017) haciendo caer las Reservas Internacionales Netas (RIN) del Banco Central por más de $us 3.000 millones en los últimos tres años. El presidente del IBCE sugiere gestar políticas públicas dirigidas a mejorar la productividad y la competitividad de Bolivia
FUENTE: ECONOMY

La balanza comercial de Bolivia tendrá este 2018 un saldo negativo de alrededor de $us 500 millones, es decir, será el cuarto año consecutivo de déficit comercial, aunque el impacto será menor al 2017 cuando se registró un déficit comercial de $us 970 millones. Las ventas externas en el 2018 se acercarán a los $us 9.000 millones, mientras que las importaciones estarán por el orden de los $us 9.500 millones, según un informe preliminar del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE).

El aumento del valor de las exportaciones de hidrocarburos, minerales y productos no tradicionales ayudó a disminuir la brecha comercial este año. "El 'punto de inflexión' para la economía boliviana en el 2018, rompiendo la tendencia a la baja del crecimiento de los últimos cinco años (6,8% en el 2013; del 5,5% en el 2014; del 4,9% en el 2015; del 4,3% en el 2016 y del 4,2% en el 2017) tiene que ver con un mejor desempeño de su sector externo", afirmó en conferencia de prensa el presidente del IBCE, Reinaldo Díaz. Díaz explicó que Bolivia registró déficits consecutivos de $us 843 millones (2015), de $us 1.305 millones (2016) y de 970 millones (2017) haciendo caer las Reservas Internacionales Netas (RIN) del Banco Central por más de $us 3.000 millones en el último trienio.

“Siendo que las RIN hasta noviembre de 2018 han caído a su nivel más bajo en diez años y que las mismas son de vital importancia para la estabilidad económica y el respaldo de la moneda nacional, urge mejorar el desempeño del sector externo generando nuevamente excedentes, con la combinación de una política de promoción selectiva de exportaciones y una política de sustitución competitiva de importaciones, a lo que podría contribuir fuertemente la libre exportación de excedentes, pero también el pleno uso de la biotecnología en el agro, pues si hay un sector que puede reaccionar rápidamente en función de los grandes mercados que se están abriendo -como China, Rusia y Vietnam- es cabalmente el sector agroalimentario”, expresó el presidente del IBCE. El gerente general del instituto, Gary Rodríguez, explicó que la recuperación del comercio exterior se debió a que las importaciones tuvieron una menor dinámica de crecimiento (6%) frente a las exportaciones que crecieron al doble (13%). El déficit a octubre llegó a $us 365 millones, 50% menos que en igual lapso del 2017.

“El mejor desempeño de las ventas se debió al benéfico ´efecto-precio´; pese a que el volumen exportado cayó un 0,5% el valor subió 13%, por la mejora de las cotizaciones, lo que demuestra nuestra condición de ´país tomador de precios´, principalmente en hidrocarburos y minerales, frente a lo cual no queda otra opción que dar un golpe de timón a la política comercial y potenciar las exportaciones no tradicionales, algo que podría impulsar una fuerte inversión en el agro, sector forestal y manufacturero y, con ello, más movimiento económico, empleos e ingresos”, indicó.

Recomendaciones para el 2019 En perspectivas al 2019, Díaz recomendó también gestar políticas públicas dirigidas a mejorar la productividad y la competitividad de Bolivia, frente a un problemático entorno signado por un tipo de cambio fijo en el país desde el año 2011, habiéndose registrado profundas devaluaciones desde entonces en Argentina (788%), Brasil (123%), Chile (38%) y Perú (25%), "frente a lo cual la mejora de la productividad y la competitividad sistémica resultarán determinantes para no seguir perdiendo terreno en el mercado interno y mercados externos”, sentenció.

El presidente del IBCE calificó de importante la sinergia público-privada para abrir grandes mercados como Rusia y Vietnam, pero sobre todo China para exportar café, castaña, sésamo, quinua, carne de bovino, soya y derivados. “Si la coordinación y el trabajo conjunto se profundizan el 2019 y a ello se añade políticas públicas inteligentes y valientes como el permitir el pleno uso de la biotecnología, se podría dar un “punto de inflexión” en el crecimiento del país. Bolivia necesita, puede y debe crecer al 7% ó más, para combatir la pobreza y no retroceder en las políticas sociales ya encaminadas. Si el productor invierte más producirá más, habrá más para exportar, más movimiento económico con los empleos e ingresos generados y el PIB de Bolivia crecerá más, y sostenidamente también”, dijo Díaz.

Frente a la preocupación sobre el futuro de la venta de gas natural al Brasil (renegociación del contrato el 2019 en un ambiente político complicado en Bolivia y el vecino país) y el nuevo escenario que plantea Argentina que pasa de ser importador a ser exportador de gas con el funcionamiento del megacampo de Vaca Muerta, “fomentar las exportaciones no tradicionales y de servicios como el turismo, nos debe llevar a la imperiosa necesidad de concretar el Hub Aéreo en Viru Viru, lo que abriría un mundo de posibilidades para generar divisas en favor de Bolivia como distribuidor de carga y pasajeros”, concluyó.