Fuente: Ámbito
Ciudad de México - El regulador de hidrocarburos de México anunció ayer que canceló lo que quedaba del proceso de licitación de campos petroleros a inversores privados, eje de la histórica reforma energética que implementó el anterior gobierno y que el actual presidente Andrés Manuel López Obrador considera “una farsa”.
La Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), responsable del proceso, canceló las licitaciones 10 y 11, parte de la tercera fase de las rondas de subastas iniciadas a finales de 2014, debido a que la Secretaría de Energía les pidió excluir los 46 campos a ofertar con el fin de “revisar la política energética y evaluar los resultados y avances” de todo el proceso. Los 46 campos retirados de las licitaciones se encuentran ubicados en los extremos sur y norte del Golfo de México, en la costa este del país, una región rica en hidrocarburos.
Las rondas de licitaciones habían sido suspendidas por la CNH poco después de la victoria electoral de López Obrador en julio. La reforma de energía, aprobada en 2013 durante el Gobierno de Enrique Peña Nieto, abrió el sector energético mexicano a la inversión privada tras más de 70 años de férreo monopolio estatal. Desde entonces, se otorgaron más de 100 contratos -algunos a empresas como Shell, Total y Chevron- en un proceso que López Obrador fustigó pues considera que los privados no cumplieron con ejecutar las millonarias inversiones prometidas, mientras que la producción petrolera del país continúa en declive.
La Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), responsable del proceso, canceló las licitaciones 10 y 11, parte de la tercera fase de las rondas de subastas iniciadas a finales de 2014, debido a que la Secretaría de Energía les pidió excluir los 46 campos a ofertar con el fin de “revisar la política energética y evaluar los resultados y avances” de todo el proceso. Los 46 campos retirados de las licitaciones se encuentran ubicados en los extremos sur y norte del Golfo de México, en la costa este del país, una región rica en hidrocarburos.
Las rondas de licitaciones habían sido suspendidas por la CNH poco después de la victoria electoral de López Obrador en julio. La reforma de energía, aprobada en 2013 durante el Gobierno de Enrique Peña Nieto, abrió el sector energético mexicano a la inversión privada tras más de 70 años de férreo monopolio estatal. Desde entonces, se otorgaron más de 100 contratos -algunos a empresas como Shell, Total y Chevron- en un proceso que López Obrador fustigó pues considera que los privados no cumplieron con ejecutar las millonarias inversiones prometidas, mientras que la producción petrolera del país continúa en declive.