FUENTE: PÁGINA SIETE
El presidente del Estado, Evo Morales, aseguró ayer que Bolivia ya no depende del gas para crecer, sino que el nuevo motor económico es la demanda interna. Analistas sostienen que la economía no se diversificó y que los principales ingresos aún provienen de hidrocarburos. “Si sólo dependeríamos del gas, este año, en 2017 y en 2016 no hubiéramos sido los primeros en crecimiento económico en Sudamérica, porque el petróleo bajó. Los resultados lo demuestran, hemos diversificado el aparato productivo, y estoy convencido, Bolivia no depende del gas, es muy importante, pero hay otros rubros en la economía que hemos desarrollado y por eso no hemos caído”, remarcó. Ayer, Morales participó en la presentación del libro “12 años de Estabilidad Económica” editado por el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas. De acuerdo con el estudio, el modelo económico (aplicado desde el 2006) tiene como uno de sus pilares la demanda interna, la cual fue fortalecida con políticas redistributivas del ingreso.
Por ejemplo, las medidas adoptadas en política salarial ayudaron a mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores. Asimismo, se crearon bonos sociales buscando mejorar las condiciones y la calidad de vida de sectores vulnerables como niñas, niños, jóvenes, mujeres en etapa de gestación y personas de la tercera edad, que benefician al 48,9% de la población total. “En efecto, el crecimiento económico boliviano del período 2006-2017, se atribuyó al dinamismo de la demanda interna, con un fuerte aporte del consumo de hogares y de la inversión pública y privada”, explica el texto. El libro destaca que, ante el contexto de crisis internacional, presentado desde 2016 y que limitó el sector externo, la demanda interna desempeñó un rol crucial en el sostenimiento de la expansión de la economía boliviana. El aumento de las ventas facturadas en restaurantes, supermercados y pasajes aéreos constituyen un indicador de la mejora del consumo privado.
“En los últimos 12 años, las ventas en estás actividades crecieron en 508%, al pasar de 290 millones de dólares en el 2005 a 1.761 millones de dólares en el 2017. Esta expansión impulsó el crecimiento económico y favoreció a los productores nacionales”, se resalta en el estudio. En este contexto, el ministro de Economía, Mario Guillén proyectó que el Producto Interno Bruto (PIB) del país ascenderá este año a 40.000 millones de dólares y para el año 2025, hasta 50.000 millones de dólares.
El asesor principal de la Gobernación de Santa Cruz, José Luis Parada, manifestó que de los ingresos que genera el gas dependen al menos 370 instituciones públicas entre universidades, municipios y gobernaciones, que reciben recursos por el Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) y regalías. “El pago de la Renta Dignidad depende del gas, al igual que la seguridad ciudadana. entonces decir que no dependemos del gas en los últimos 12 años es una aberración. Con la caída ahora del barril de petróleo a 50 dolares los ingresos van a bajar en 2019”, puntualizó..
Por su parte, el analista económica Alberto Bonadona indicó que si bien los ingresos obtenidos por la mejora de los precios de las materias primas entre 2012 y 2015 ayudaron a fortalecer la demanda interna, no lograron diversificar la economía, por lo que la dependencia de gas es elevada. “Al haber impulsado ciertos sectores que no aportan como deberían, no hay forma de reemplazar a los ingresos del gas y evitar la caída de las Reservas Internacionales Netas o el déficit”, expresó. En 2013 y 2014 los ingresos por regalías e Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) superaron los 24.000 millones de bolivianos, luego declinaron con la caída de los precios del petróleo a nivel internacional.
El presidente del Estado, Evo Morales, aseguró ayer que Bolivia ya no depende del gas para crecer, sino que el nuevo motor económico es la demanda interna. Analistas sostienen que la economía no se diversificó y que los principales ingresos aún provienen de hidrocarburos. “Si sólo dependeríamos del gas, este año, en 2017 y en 2016 no hubiéramos sido los primeros en crecimiento económico en Sudamérica, porque el petróleo bajó. Los resultados lo demuestran, hemos diversificado el aparato productivo, y estoy convencido, Bolivia no depende del gas, es muy importante, pero hay otros rubros en la economía que hemos desarrollado y por eso no hemos caído”, remarcó. Ayer, Morales participó en la presentación del libro “12 años de Estabilidad Económica” editado por el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas. De acuerdo con el estudio, el modelo económico (aplicado desde el 2006) tiene como uno de sus pilares la demanda interna, la cual fue fortalecida con políticas redistributivas del ingreso.
Por ejemplo, las medidas adoptadas en política salarial ayudaron a mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores. Asimismo, se crearon bonos sociales buscando mejorar las condiciones y la calidad de vida de sectores vulnerables como niñas, niños, jóvenes, mujeres en etapa de gestación y personas de la tercera edad, que benefician al 48,9% de la población total. “En efecto, el crecimiento económico boliviano del período 2006-2017, se atribuyó al dinamismo de la demanda interna, con un fuerte aporte del consumo de hogares y de la inversión pública y privada”, explica el texto. El libro destaca que, ante el contexto de crisis internacional, presentado desde 2016 y que limitó el sector externo, la demanda interna desempeñó un rol crucial en el sostenimiento de la expansión de la economía boliviana. El aumento de las ventas facturadas en restaurantes, supermercados y pasajes aéreos constituyen un indicador de la mejora del consumo privado.
“En los últimos 12 años, las ventas en estás actividades crecieron en 508%, al pasar de 290 millones de dólares en el 2005 a 1.761 millones de dólares en el 2017. Esta expansión impulsó el crecimiento económico y favoreció a los productores nacionales”, se resalta en el estudio. En este contexto, el ministro de Economía, Mario Guillén proyectó que el Producto Interno Bruto (PIB) del país ascenderá este año a 40.000 millones de dólares y para el año 2025, hasta 50.000 millones de dólares.
El asesor principal de la Gobernación de Santa Cruz, José Luis Parada, manifestó que de los ingresos que genera el gas dependen al menos 370 instituciones públicas entre universidades, municipios y gobernaciones, que reciben recursos por el Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) y regalías. “El pago de la Renta Dignidad depende del gas, al igual que la seguridad ciudadana. entonces decir que no dependemos del gas en los últimos 12 años es una aberración. Con la caída ahora del barril de petróleo a 50 dolares los ingresos van a bajar en 2019”, puntualizó..
Por su parte, el analista económica Alberto Bonadona indicó que si bien los ingresos obtenidos por la mejora de los precios de las materias primas entre 2012 y 2015 ayudaron a fortalecer la demanda interna, no lograron diversificar la economía, por lo que la dependencia de gas es elevada. “Al haber impulsado ciertos sectores que no aportan como deberían, no hay forma de reemplazar a los ingresos del gas y evitar la caída de las Reservas Internacionales Netas o el déficit”, expresó. En 2013 y 2014 los ingresos por regalías e Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) superaron los 24.000 millones de bolivianos, luego declinaron con la caída de los precios del petróleo a nivel internacional.