EL COMERCIO
Los conflictos entre el turismo y la minería no son extraños en Perú, país lleno de sitios históricos y turísticos que también es el segundo mayor productor mundial de cobre, zinc y plata. Pero en el caso de la Montaña Arcoíris, los partidarios de la conservación parecen haber ganado. El viernes por la noche, el gobierno peruano bloqueó todas las licencias de exploración minera en la Montaña Arcoíris, un destino turístico en alza en Sudamérica. Ubicadas en el sureste de Perú, cerca de Cuzco, la otrora capital del imperio inca, y de las ruinas de Machu Picchu, las coloridas laderas de la zona atraen a alrededor de mil turistas al día a Winikunka, que significa Montaña de los Siete Colores en el idioma local quechua.
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Los conflictos entre el turismo y la minería no son extraños en Perú, país lleno de sitios históricos y turísticos que también es el segundo mayor productor mundial de cobre, zinc y plata. Pero en el caso de la Montaña Arcoíris, los partidarios de la conservación parecen haber ganado. El viernes por la noche, el gobierno peruano bloqueó todas las licencias de exploración minera en la Montaña Arcoíris, un destino turístico en alza en Sudamérica. Ubicadas en el sureste de Perú, cerca de Cuzco, la otrora capital del imperio inca, y de las ruinas de Machu Picchu, las coloridas laderas de la zona atraen a alrededor de mil turistas al día a Winikunka, que significa Montaña de los Siete Colores en el idioma local quechua.
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