FUENTE: PÁGINA SIETE
Bienes manufacturados como calzados, ropa, alimentos, productos agropecuarios que ingresan de contrabando por la frontera con Perú son los que más golpean a la industria y productores locales. Los microempresarios de La Paz exigen mayores controles. “Calzados, textiles, alimentos bisutería son los productos que más generan competencia desleal porque ingresan con precios y calidad bajos.
También se internan hortalizas, papa”, señaló el secretario ejecutivo de la Federación Departamental de Micro Empresa (Fedemype), Néstor Sandy. Por ejemplo, explicó que él elabora calzados para enfermería con cuero nacional, pero el resto de insumos se deben importar y la docena se comercializa en 1.800 bolivianos. Sin embargo, el producto peruano en la misma cantidad llega a un valor de 1.000 y 1.200 bolivianos y los comerciantes que internan acomodan la mercadería a los intermediarios por dos meses y recién cobran.
En cambio los productores locales trabajan semanalmente y lo que reciben de pago deben volver a invertir para fabricar un nuevo stock. “En diferentes reuniones con la Aduana se ha insistido para que hagan controles, pero argumentan que es difícil combatir el contrabando hormiga, sin embargo pedimos que hagan batidas”, precisó. Según Sandy los contrabandistas se aprovechan de las normas bolivianas que autorizan por ejemplo la mínima cuantía. Por ejemplo se puede internar mercadería no mayor en valor a los 2.000 dólares y por una sola vez al mes.
Sin embargo, los comerciantes peruanos entre toda la familia llegan a ingresar más de 10.000 dólares. Fedemype también exige que se apruebe el proyecto de ley de Asignación de Competencias que facultaba a municipios y gobernaciones a controlar la venta de ropa usada y mercadería de contrabando en ciudades. Contrabando En la frontera de Desaguadero, la mercadería de contrabando se vende en territorio peruano con factura boliviana, lo que permite su paso por los puestos de control al amparo de un Decreto Supremo de 2010 que modifica el Reglamento de la Ley General de Aduanas. El Artículo 2 de esa norma establece: “Las mercancías nacionalizadas, adquiridas en el mercado interno, que sean trasladadas interdepartamental o interprovincial y que cuenten con la respectiva factura de compra verificable con la información del Servicio de Impuestos Nacionales, presentada en el momento del operativo, no serán objeto de decomiso por parte de la Unidad de Control Operativo Aduanero”. Esta factura se consigue en Perú y es parte de la compra de mercadería. “Con factura boliviana cuesta 16% más, si no te rebajan”, comenta una comerciante en la frontera.
La boleta se obtiene de forma ilegal, ya que quienes la emiten no tienen la documentación de la importación. Los empresarios privados calculan que el contrabando de Perú llega a 210 millones de dólares.
Bienes manufacturados como calzados, ropa, alimentos, productos agropecuarios que ingresan de contrabando por la frontera con Perú son los que más golpean a la industria y productores locales. Los microempresarios de La Paz exigen mayores controles. “Calzados, textiles, alimentos bisutería son los productos que más generan competencia desleal porque ingresan con precios y calidad bajos.
También se internan hortalizas, papa”, señaló el secretario ejecutivo de la Federación Departamental de Micro Empresa (Fedemype), Néstor Sandy. Por ejemplo, explicó que él elabora calzados para enfermería con cuero nacional, pero el resto de insumos se deben importar y la docena se comercializa en 1.800 bolivianos. Sin embargo, el producto peruano en la misma cantidad llega a un valor de 1.000 y 1.200 bolivianos y los comerciantes que internan acomodan la mercadería a los intermediarios por dos meses y recién cobran.
En cambio los productores locales trabajan semanalmente y lo que reciben de pago deben volver a invertir para fabricar un nuevo stock. “En diferentes reuniones con la Aduana se ha insistido para que hagan controles, pero argumentan que es difícil combatir el contrabando hormiga, sin embargo pedimos que hagan batidas”, precisó. Según Sandy los contrabandistas se aprovechan de las normas bolivianas que autorizan por ejemplo la mínima cuantía. Por ejemplo se puede internar mercadería no mayor en valor a los 2.000 dólares y por una sola vez al mes.
Sin embargo, los comerciantes peruanos entre toda la familia llegan a ingresar más de 10.000 dólares. Fedemype también exige que se apruebe el proyecto de ley de Asignación de Competencias que facultaba a municipios y gobernaciones a controlar la venta de ropa usada y mercadería de contrabando en ciudades. Contrabando En la frontera de Desaguadero, la mercadería de contrabando se vende en territorio peruano con factura boliviana, lo que permite su paso por los puestos de control al amparo de un Decreto Supremo de 2010 que modifica el Reglamento de la Ley General de Aduanas. El Artículo 2 de esa norma establece: “Las mercancías nacionalizadas, adquiridas en el mercado interno, que sean trasladadas interdepartamental o interprovincial y que cuenten con la respectiva factura de compra verificable con la información del Servicio de Impuestos Nacionales, presentada en el momento del operativo, no serán objeto de decomiso por parte de la Unidad de Control Operativo Aduanero”. Esta factura se consigue en Perú y es parte de la compra de mercadería. “Con factura boliviana cuesta 16% más, si no te rebajan”, comenta una comerciante en la frontera.
La boleta se obtiene de forma ilegal, ya que quienes la emiten no tienen la documentación de la importación. Los empresarios privados calculan que el contrabando de Perú llega a 210 millones de dólares.