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La desaparición de Jamal Khashoggi, un veterano periodista saudí crítico con el régimen que gobierna con mano de hierro su país, se ha convertido en una crisis política y diplomática de consecuencias imprevisibles. Su rastro se perdió el 2 de octubre, cuando entró en el consulado saudí en Estambul en busca de unos papeles. Desde el primer momento, Ankara ha afirmado que todo apuntaba a que el periodista había sido asesinado en el edificio y Riad lo ha negado. La intervención de Donald Trump, que ha enviado a su secretario de Estado, Mike Pompeo, a reunirse con las autoridades saudíes ha aumentado la presión sobre el gran socio histórico de Estados Unidos en el mundo árabe, que ahora podría estar dispuesto, según medios estadounidenses, a reconocer que Khashoggi murió durante un interrogatorio por error.
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La desaparición de Jamal Khashoggi, un veterano periodista saudí crítico con el régimen que gobierna con mano de hierro su país, se ha convertido en una crisis política y diplomática de consecuencias imprevisibles. Su rastro se perdió el 2 de octubre, cuando entró en el consulado saudí en Estambul en busca de unos papeles. Desde el primer momento, Ankara ha afirmado que todo apuntaba a que el periodista había sido asesinado en el edificio y Riad lo ha negado. La intervención de Donald Trump, que ha enviado a su secretario de Estado, Mike Pompeo, a reunirse con las autoridades saudíes ha aumentado la presión sobre el gran socio histórico de Estados Unidos en el mundo árabe, que ahora podría estar dispuesto, según medios estadounidenses, a reconocer que Khashoggi murió durante un interrogatorio por error.
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