Fuente: La Patilla
Citgo, la compañía refinadora de combustible con sede en Houston y propiedad de Venezuela pende de un hilo. Sus instalaciones no están tan destruidas como su casa matriz Pdvsa, pero en su funcionamiento se evidencia los efectos de la crisis generada por la dictadura chavista.
En un reporte del “New York Times”, se devela cómo la compañía está luchando para reunir casi mil millones de dólares en pagos por vencer en los siguientes dos meses de sus bonos y otras deudas, incluida la compensación por propiedades que nacionalizó.
Aunado a ello, debe enfrentar los efectos de las sanciones del gobierno de Donald Trump las cuales están afectando gravemente su capacidad de obtener préstamos.
Si Pdvsa entra en suspensión de pagos, su garantía, Citgo, podría convertirse en la presa y ser vulnerable a que los acreedores tomen el control, con todas las compañías petroleras o inversionistas de capital privado al acecho de una oportunidad de conseguir acciones.
“Sería el tiro de gracia”. “La pérdida de Citgo sería el tiro de gracia para PDVSA”, dijo Gustavo Coronel, un exmiembro del consejo de administración de la compañía matriz. “El impacto psicológico para Pdvsa y el régimen de Maduro sería catastrófico”.
También sería un punto de inflexión para una marca cuya identidad estadunidense data de mucho antes que su conexión venezolana, con su icónico letrero montado sobre 5,300 estaciones de servicio.
También está la amenaza existencial que representa la deuda de PDVSA. Este mes Venezuela debe pagar más de 840 millones de dólares a tenedores de los bonos PDVSA 2020. Un impago generaría una ejecución hipotecaria de la mitad de Citgo (50.1%de las acciones de Citgo Holdings, una de las dos sociedades tenedoras de acciones de Citgo).
La empresa petrolera rusa Rosneft, que posee el otro 49.9% de Citgo Holding como garantía por un préstamo a PDVSA, también podría exigir el pago, aunque sería poco probable que Washington permitiera a una compañía estatal rusa poseer parte de la refinadora.