FUENTE: PÁGINA SIETE
Argentina cambió ayer a su presidente del Banco Central, en un movimiento sorpresivo justo cuando el país negocia con el Fondo Monetario Internacional (FMI) una ampliación del acuerdo alcanzado en junio por 50.000 millones de dólares y en medio de una huelga general. Luis Caputo, quien ocupó el cargo desde junio, anunció su renuncia mientras el presidente Mauricio Macri se encuentra en Nueva York para participar en la Asamblea General de Naciones Unidas (ONU). Enseguida fue reemplazado por el hasta ahora viceministro de Economía, Guido Sandleris, un economista que ha trabajado para el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y cuenta con una amplia trayectoria académica con un paso por el FMI. “El objetivo principal del Banco Central es reducir la inflación.
Trabajaremos para recuperar la estabilidad y previsibilidad de precios que la economía argentina tanto necesita”, declaró Sandleris al asumir el cargo. Hasta agosto, la inflación en Argentina acumula 24,3%, una de las más altas del mundo. Además tras la renuncia de Caputo, la moneda argentina se devaluó en 2,15%, que cotizó a 38,98 pesos por dólar, en un día de poco movimiento, con los empleados de la banca privada adheridos a la huelga general.
Desde enero, la moneda argentina se ha depreciado alrededor de 50%. Sandleris es considerado un cercano al ministro de Economía, Nicolás Dujovne, quien desde Nueva York lo elogió como una “persona brillante, preparada para ejercer este cargo con una enorme solvencia”. “Argentina va a mantener su esquema de tipo de cambio flotante, las tasas de interés positivas para ganarle a la inflación e incentivar el ahorro en pesos”, aseguró Dujovne.
Tras el cambio, el FMI expresó su deseo de continuar la “estrecha y constructiva relación” con el Banco Central argentino y aseguró que se trabaja “intensamente con el objetivo de concluir las conversaciones a nivel técnico en muy poco tiempo”, según una declaración de su vocero Gerry Rice. Matías Carugati, economista jefe de la consultora Management & Fit sostuvo que la renuncia de Caputo debe analizarse en el contexto de la negociación con el FMI.
“Él planteaba la necesidad de un aumento importante en el monto de asistencia o de los desembolsos, además de buscar mayor flexibilidad para intervenir en el mercado cambiario”, comentó la experta. Con una contracción de la economía de 2,4% para este año, una inflación ya proyectada por encima de 40% y las tasas de interés en 60% anual, el ánimo de los argentinos es cada vez más confrontativo. El desempleo sigue al alza, con 9,6% en el segundo semestre , y se calcula que el índice de pobreza subirá otras vez.
Argentina cambió ayer a su presidente del Banco Central, en un movimiento sorpresivo justo cuando el país negocia con el Fondo Monetario Internacional (FMI) una ampliación del acuerdo alcanzado en junio por 50.000 millones de dólares y en medio de una huelga general. Luis Caputo, quien ocupó el cargo desde junio, anunció su renuncia mientras el presidente Mauricio Macri se encuentra en Nueva York para participar en la Asamblea General de Naciones Unidas (ONU). Enseguida fue reemplazado por el hasta ahora viceministro de Economía, Guido Sandleris, un economista que ha trabajado para el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y cuenta con una amplia trayectoria académica con un paso por el FMI. “El objetivo principal del Banco Central es reducir la inflación.
Trabajaremos para recuperar la estabilidad y previsibilidad de precios que la economía argentina tanto necesita”, declaró Sandleris al asumir el cargo. Hasta agosto, la inflación en Argentina acumula 24,3%, una de las más altas del mundo. Además tras la renuncia de Caputo, la moneda argentina se devaluó en 2,15%, que cotizó a 38,98 pesos por dólar, en un día de poco movimiento, con los empleados de la banca privada adheridos a la huelga general.
Desde enero, la moneda argentina se ha depreciado alrededor de 50%. Sandleris es considerado un cercano al ministro de Economía, Nicolás Dujovne, quien desde Nueva York lo elogió como una “persona brillante, preparada para ejercer este cargo con una enorme solvencia”. “Argentina va a mantener su esquema de tipo de cambio flotante, las tasas de interés positivas para ganarle a la inflación e incentivar el ahorro en pesos”, aseguró Dujovne.
Tras el cambio, el FMI expresó su deseo de continuar la “estrecha y constructiva relación” con el Banco Central argentino y aseguró que se trabaja “intensamente con el objetivo de concluir las conversaciones a nivel técnico en muy poco tiempo”, según una declaración de su vocero Gerry Rice. Matías Carugati, economista jefe de la consultora Management & Fit sostuvo que la renuncia de Caputo debe analizarse en el contexto de la negociación con el FMI.
“Él planteaba la necesidad de un aumento importante en el monto de asistencia o de los desembolsos, además de buscar mayor flexibilidad para intervenir en el mercado cambiario”, comentó la experta. Con una contracción de la economía de 2,4% para este año, una inflación ya proyectada por encima de 40% y las tasas de interés en 60% anual, el ánimo de los argentinos es cada vez más confrontativo. El desempleo sigue al alza, con 9,6% en el segundo semestre , y se calcula que el índice de pobreza subirá otras vez.