El pesticida -cuestionado por sus posibles componentes cancerígenos- ha extendido su uso a la jardinería en el país. El agro además lo combina con dos tóxicos.
FUENTE: PÁGINA SIETE

Alertan en Bolivia sobre el uso del glifosato después del reciente fallo de la justicia brasileña que suspendió el uso del herbicida en la agricultura por sus posibles riesgos a la salud. La Plataforma Bolivia Libre de Transgénicos y Plaguicidas (PBLTP) adjuntará este antecedente a la petición de control que hizo al Gobierno en 2015, cuando el químico fue declarado por la OMS como posiblemente cancerígeno.

“Vamos a enviar una nueva carta, exponiendo este tema al Gobierno. Adjuntaremos las noticias sobre Monsanto y la demanda perdida en Estados Unidos para mostrar lo que está sucediendo y las autoridades se enteren de esta problemática”, manifestó Rita Saavedra, miembro de la PBLTP. El pasado 7 de agosto, una jueza federal de Brasilia ordenó la suspensión, en un plazo de 30 días, del registro de todos los productos que contengan glifosato, tiram y abamectina hasta que la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) concluya la “reevaluación toxicológica” de dichas sustancias. El ministro de Agricultura, Blairo Maggi, anunció que el Gobierno recusará la decisión para revertirla antes de la próxima cosecha.

El fallo coincide con el que fue dictado en Estados Unidos en contra de Monsanto por la relación entre el cáncer y sus productos a base de glifosato. En un comunicado esa empresa -comprada recientemente por Bayer- anunció la apelación y aseguró que todos los productos son revisados rutinariamente por las autoridades reguladoras para garantizar que pueda ser utilizado de forma segura. “Para Bolivia estos fallos deben ser un antecedente que respalden la solicitud que hacemos al Gobierno desde 2015 para que tenga precaución sobre este agrotóxico.

Pero no de forma particular, sino en el conjunto de la producción transgénica en el país porque ambos están íntimamente relacionados en un paquete tecnológico vendido en conjunto”, señaló Saavedra. En Bolivia más del 90% de la soya producida es transgénica y resistente al glifosato. Esta característica permite usar ese herbicida en las plantaciones de la única semilla genéticamente modificada aprobada en el país.

Durante todo el proceso del cultivo, el glifosato mata a hierbas y plagas sin afectar a la soya. Desde su aparición en la década de los años 70, ecologistas y activistas han denunciado las consecuencias de este agroquímico. Pero no fue hasta 2015 que la OMS incorporó al glifosato en la lista de sustancias probablemente carcinógenas para los humanos. “En esta relación de la transgenia y los plaguicidas hay algo que está ocurriendo y que debe preocuparnos.

En el país ya tenemos nueve malezas resistentes a este agrotóxico por lo que su uso, solo, ya no es efectivo”, dijo el director de la ONG Productividad Biósfera y Medio Ambiente (Probioma) Miguel Ángel Crespo. Explicó que por este motivo los comercializadores de pesticidas y los agricultores están combinando el glifosato con el Paraquat y el 2.4-D, dos agroquímicos conocidos como de etiqueta roja por su alta toxicidad y prohibidos en varios países del mundo por sus efectos en el medio ambiente y el ser humano.

“El 2.4-D pertenece al grupo de los clorofenólicos. Es controversial porque era parte de la composición del Agente Naranja, el químico utilizado por los militares estadounidenses como parte de su programa de guerra química en la operación Ranch Hand, en Vietnam (1961-1971)”, manifestó.

Para Crespo, mas allá de la apelación y la salida que se encuentre, el fallo en Brasil es “una evidencia muy clara” de que este herbicida está causando graves problemas en lo productivo, en la microfauna del suelo y la salud de los productores y consumidores. “Tomando en cuenta que, después de Estados Unidos, Brasil es el país que más usa este producto, esta es una señal de la preocupación que está levantando el herbicida”. Manifestó que para Bolivia la determinación de la justicia brasileña debería ser una alerta para las autoridades.

“Deber un llamado para que de una vez se garantice el cumplimiento de la Constitución Política del Estado y más de 10 leyes y decretos que prohíben el uso de transgénicos que están asociados con el uso del glifosato”, sostuvo. Al respecto y ante la apelación de los fallos , el Instituto Boliviano de Comercio Exterior -impulsor de la liberación de semillas transgénicas- no dio declaración alguna. Página Siete intentó, sin éxito, comunicarse con los productores de oleaginosas.

En Bolivia se venden al menos 4 tóxicos prohibidos en el mundo Plaguicidas Los plaguicidas son substancias tóxicas, orgánicas e inorgánicas destinadas a prevenir, controlar y eliminar plagas y vectores. Conocidos también como biocidas, son peligrosos para la salud de las personas y del medioambiente. Los más afectados son los agricultores y fumigadores que están en contacto directo con los químicos. Peligro Al menos cuatro plaguicidas prohibidos en varios países del mundo son de venta libre en Bolivia.

El uso de estos agroquímicos puede generar daños neurológicos, cáncer, hipotiroidismo y la muerte.

Productos Los agroquímicos Paraquat, 2.4-D, Fipronil, Cipermetrina, Endosulfán y Monocrotophos pueden ser encontrados en el mercado formal e informal. Pese a que los dos últimos están prohibidos específicamente en Bolivia, logran entrar de contrabando. Importaciones Datos presentados por la ONG Probioma (Productividad Biosfera y Medio Ambiente) evidencian que entre 1999 y 2017, la importación legal de agroquímicos se incrementó en Bolivia de 25 millones de kilos anuales a 152 millones de kilos. Adicionalmente, al menos el 30% de esa cantidad entra por contrabando. Jardinero con cáncer ganó demanda a Monsanto Dewayne Johnson es el jardinero de escuelas que ganó una demanda contra Monsanto por no advertir que el glifosato que contenían sus herbicidas era cancerígeno.

La empresa, que fue sentenciada a pagar 290 millones de dólares, indicó que apelará. Según contó Jhonson, entre 2012 y 2014, como parte de su trabajo como jardinero usó constantemente los productos RoundUp y RangerPro. Ambos compuestos por glifosato, un herbicida de uso mundial. Al final de ese lapso fue diagnosticado con un incurable linfoma no Hodgkin, un cáncer que afecta los glóbulos blancos de la sangre.

Mediante un comunicado Monsanto señaló que apelará. “Defenderemos vigorosamente este producto con 40 años de historia que continúa siendo vital, efectivo y seguro”.