Imagínense mi angustia cuando, el día que me quedé sin internet, me di cuenta de que, en realidad, no soy dueño de nada.

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BBC Mundo

Han pasado exactamente tres años desde que me mudé a Estados Unidos para tomar este trabajo. Me ofrecieron un contenedor para transportar mis pertenencias desde Reino Unido, pero decidí deshacerme de la mayoría de las cosas que había acumulado en mis primeros 28 años de vida. Esperaba, a medida que pasaba el tiempo, reemplazarlas gradualmente con nuevos objetos. Pero en lugar de eso, me convertí en uno de esos suscriptores de por vida.

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