La empresa invierte 20 millones para desarrollar el programa de vuelos urbanos Elevate.

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La idea que dio lugar a Uber la tuvieron sus fundadores, Travis Kalanik y Garret Camp, una fría noche en París, cuando al salir de una conferencia a una hora tardía y desapacible no pasaba ni un solo taxi por su calle para regresar al hotel. La Ciudad Luz también fue la primera de Europa en tener el servicio Uber y, más tarde, Uber Pool. Una década después, la empresa que hoy es uno de los gigantes tecnológicos del mundo vuelve a la misma ciudad que la alumbró para dar un paso más en la movilidad urbana, esta vez mirando al cielo: la compañía estadounidense, ahora en manos de Dara Khosrowshahi, ha anunciado este jueves la inversión de 20 millones de euros para la instalación en París de un nuevo Centro de Tecnologías Avanzadas centrado en sus vehículos voladores. Será el primero dedicado a desarrollar su plan de aeronaves fuera de territorio norteamericano, tras los creados en las ciudades estadounidenses de Pittsburgh y San Francisco y en la canadiense Toronto.

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