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China sigue agigantando su posición como gran socio económico de América Latina y el Caribe. La llegada a la Casa Blanca de Donald Trump, un presidente abiertamente contrario al libre comercio y la multilateralidad que ha dominado el tablero en las últimas décadas, ha sido el empujón definitivo para el avance de Pekín. Pero los lazos comerciales y de inversión llevaban más de una década tejiéndose. Las últimas cifras apuntan en esa dirección: en 2017, las exportaciones de la región al gigante asiático se dispararon un 30%, según los datos hechos públicos este lunes por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El crecimiento de los envíos a China triplicó en el último año al de las ventas a Estados Unidos (10%).
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China sigue agigantando su posición como gran socio económico de América Latina y el Caribe. La llegada a la Casa Blanca de Donald Trump, un presidente abiertamente contrario al libre comercio y la multilateralidad que ha dominado el tablero en las últimas décadas, ha sido el empujón definitivo para el avance de Pekín. Pero los lazos comerciales y de inversión llevaban más de una década tejiéndose. Las últimas cifras apuntan en esa dirección: en 2017, las exportaciones de la región al gigante asiático se dispararon un 30%, según los datos hechos públicos este lunes por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El crecimiento de los envíos a China triplicó en el último año al de las ventas a Estados Unidos (10%).
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