FUENTE: LOS TIEMPOS
En esta conclusión coinciden los analistas económicos Alberto Bonadona y Pablo Cuba, además de la jefa de Estadísticas del IBCE, Jimena León. Sobre el repunte de creación de empresas, Bonadona explica que ello se debe a la apertura de mercados, tanto internos, como externos, además del incremento de los precios de las materias primas experimentado durante casi 10 años.
“Eso impulsó el mercado interno, lo que demandó la creación de más empresas”, indica. “Por otra parte, todo el aparato estatal también exigió una serie de compras, las cuales dieron paso a que se generen empresas formales para poder ganar las licitaciones que tiene el aparato estatal”, dijo.
En la misma línea, Cuba explica que “el modelo económico y las expectativas que tuvieron las empresas que se registraron actuaron sobre un mercado interno que iba a crecer en el tiempo por efecto de los ingresos que el país tenía por los precios de las materias primas y las remesas que les permitía desarrollar actividades vinculada al sector de servicios y desarrollo de microempresas”. Fin del auge Sin embargo, después se cierran más empresas que antes y se abren menos. “Influyó la desaceleración de la economía del país que se experimenta desde 2015, además de las crecientes dificultades que existen para operar en la economía formal como los altos costos en temas impositivos y carga sociales”, explica León.
“Caen las empresas porque caen los precios de materias primas”, dice Bonadona. “El mercado interno se desvalorizado y está disminuyendo la actividad económica en muchos sectores. Por ejemplo en turismo, el tema de infraestructura: no se están vendiendo los departamentos o las casas con la facilidad que había las gestiones pasadas.
En consecuencia, la creación de empresas está disminuyendo”, explica. Para Cuba, en tanto, la situación “refleja la crisis económica que empieza a vivir el país por efecto de la recesión económica”. “El Modelo Social Productivo no fue suficiente para ir revertiendo ese proceso de desaceleración de la economía ya que no existía suficiente capacidad para mejorar la capacidad competitiva frente al exterior”, añade Cuba al explicar que “las devaluaciones de las monedas de los países vecinos los hicieron más competitivos y los productos nacionales perdían capacidad competitiva". De todos modos, Bonadona advierte que aún no se puede hablar de una crisis económica en el país. "Eso es algo muy complejo. Lo que sí se ve es que hay una disminución de la actividad económica”.
En esta conclusión coinciden los analistas económicos Alberto Bonadona y Pablo Cuba, además de la jefa de Estadísticas del IBCE, Jimena León. Sobre el repunte de creación de empresas, Bonadona explica que ello se debe a la apertura de mercados, tanto internos, como externos, además del incremento de los precios de las materias primas experimentado durante casi 10 años.
“Eso impulsó el mercado interno, lo que demandó la creación de más empresas”, indica. “Por otra parte, todo el aparato estatal también exigió una serie de compras, las cuales dieron paso a que se generen empresas formales para poder ganar las licitaciones que tiene el aparato estatal”, dijo.
En la misma línea, Cuba explica que “el modelo económico y las expectativas que tuvieron las empresas que se registraron actuaron sobre un mercado interno que iba a crecer en el tiempo por efecto de los ingresos que el país tenía por los precios de las materias primas y las remesas que les permitía desarrollar actividades vinculada al sector de servicios y desarrollo de microempresas”. Fin del auge Sin embargo, después se cierran más empresas que antes y se abren menos. “Influyó la desaceleración de la economía del país que se experimenta desde 2015, además de las crecientes dificultades que existen para operar en la economía formal como los altos costos en temas impositivos y carga sociales”, explica León.
“Caen las empresas porque caen los precios de materias primas”, dice Bonadona. “El mercado interno se desvalorizado y está disminuyendo la actividad económica en muchos sectores. Por ejemplo en turismo, el tema de infraestructura: no se están vendiendo los departamentos o las casas con la facilidad que había las gestiones pasadas.
En consecuencia, la creación de empresas está disminuyendo”, explica. Para Cuba, en tanto, la situación “refleja la crisis económica que empieza a vivir el país por efecto de la recesión económica”. “El Modelo Social Productivo no fue suficiente para ir revertiendo ese proceso de desaceleración de la economía ya que no existía suficiente capacidad para mejorar la capacidad competitiva frente al exterior”, añade Cuba al explicar que “las devaluaciones de las monedas de los países vecinos los hicieron más competitivos y los productos nacionales perdían capacidad competitiva". De todos modos, Bonadona advierte que aún no se puede hablar de una crisis económica en el país. "Eso es algo muy complejo. Lo que sí se ve es que hay una disminución de la actividad económica”.