EL DEBER
Peter Brennan, el encargado de negocios de la embajada de Estados Unidos (EEUU) en Bolivia, eligió el Hard Rock Café de Santa Cruz, franquicia absolutamente norteamericana, para dar su mensaje, entre diplomáticos, algunos marines, políticos bolivianos y diferentes invitados, por el Día de la Independencia de su nación, el 4 de julio. En un tono coloquial, con sus tres años en el cargo y trajeado a la medida del Departamento de Estado, Brennan aseguró que eliminar la obligación de visado para los ciudadanos de su país -aplicada desde 2007, con Evo Morales en el poder- y reducir la retórica antiestadounidense le ayudaría al turismo boliviano.
Lo dijo en el discurso de un acto oficial la noche del martes, poco después de decir de Santa Cruz que es el poder comercial, el Nueva York de Bolivia. Diplomático con escuela, el encargado de negocios usó el argumento de que visitó todo este “hermoso país” y que le encantaría que muchos de sus compatriotas vinieran, según consta en el registro del discurso que guarda la embajada de EEUU.
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El Gobierno rechazó el planteamiento, pues, en palabras de Carlos Romero, ministro de Gobierno, hombre fuerte del presidente, lo que sugiere “no es aceptable”, aunque “el pueblo norteamericano goza de simpatía”. Además, Morales cargó ayer en contra de EEUU y en contra del presidente Donald Trump, a través de su cuenta en Twitter, la red social que también gusta el magnate republicano. “Si EEUU quiere democracia en Latinoamérica que pida perdón por golpes de Estado y no desestabilice Venezuela. Si no, será otra trampa de Trump”, escribió Morales.
Es la economía
El discurso de Brennan evitó la alusión personal, pero tocó fibras sensibles de la malograda relación bilateral, que derivó en la imposición del visado para los ciudadanos estadounidenses que deseen visitar el país desde el 1 de enero de 2007 mediante el DS N.º 28997 y en la expulsión de Philip Goldberg en septiembre de 2008 (último embajador, acusado de conspiración).
Según ha dicho, el diplomático del norte desearía que la relación de ambas naciones se empezara a enfocar en cosas más prácticas y simples. “Yo desearía que se reúnan con representantes de John Deere, Sulzer Turbo Services o potenciales inversores de EEUU en el turismo, áreas en las que Bolivia podría beneficiarse más por la interacción e intercambio con EEUU, sin impedimentos ideológicos ni filtros políticos”, razonó primero.
Luego remató hablando de números y negocios: dijo que en Perú, país que no le exige visa a sus connacionales, cada año llegan más de 800.000 turistas estadounidenses (con toda la plata que eso implica), mientras que en Bolivia vienen menos de 30.000. Explicó esto y con una broma ligera asumió la responsabilidad por lo dicho: “Nuestro equipo consular quizá me va a castigar por promover esta idea”.
“Seguramente aumentaría el desarrollo del turismo de Bolivia de forma considerable: eliminar la obligación de visado para los ciudadanos de los EEUU. También sería de ayuda reducir la retórica contra EEUU y los estadounidenses”, planteó Brennan.