La estabilidad del tipo de cambio nominal ha probado tener resultados positivos en la economía nacional. En un escenario en el que los tipos de cambio de las economías vecinas presentaron gran variabilidad, la estabilidad cambiaria nacional posibilitó el anclaje de las expectativas de la población sobre el valor del dólar estadounidense.
FUENTE: EL MUNDO

Según el Banco Central de Bolivia, dicha orientación coadyuvó a mantener la inflación baja, facilitando la orientación expansiva de la política monetaria, lo cual contrasta con la realidad de economías vecinas que experimentaron incrementos en sus tasas de inflación debido al traspaso de la depreciación de sus monedas a los precios domésticos, derivando en políticas monetarias contractivas en desmedro de su crecimiento económico. Asimismo, la política de estabilidad cambiaria continuó contribuyendo a la consolidación del proceso de bolivianización.

Al igual que en gestiones pasadas, la orientación del tipo de cambio y su diferencial entre precios de compra y venta, entre otros factores, continuaron afianzando el proceso de bolivianización, aspecto fundamental para la estabilidad financiera. Adicionalmente, estos resultados se obtuvieron con una depreciación real de la moneda nacional, lo que mejora la competitividad de los productos nacionales; en efecto, en 2016 el tipo de cambio real multilateral se depreció en 0,4% y en lo que va de 2017 en 2,8%.

En la práctica, desde diciembre de 2015, nuestra moneda se ha depreciado en términos reales respecto a las monedas de los principales socios comerciales de la región (con Brasil en 30,8%, Argentina 12,9%, Colombia 11,8%, Chile 8,8% y Perú 4,2%; lo propio ocurrió también respecto a socios comerciales de otras regiones (Canadá, Japón y Corea del Sur). El tipo de cambio real de Bolivia se ha depreciado respecto a la mayor parte de los socios comerciales de la región, lo que beneficia al comercio exterior, según el Banco Central de Bolivia.