La red social aligera su carga salarial con la operación, aunque pierde un buen número de desarrolladores.
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Google no compró Twitter, pero sí acaba de hacerse con una pieza clave. Fabric, la factoría de aplicaciones de la empresa del pájaro azul, ha pasado a ser propiedad de Google. Ninguna de las dos empresas ha desvelado la cifra de venta, pero tendrán que declararla en la próxima junta con los accionistas. Durante el pasado otoño, Google fue una de las empresas que pujó por comprar la red social. Disney y Salesforce también estuvieron entre las que se interesaron por el invento de Jack Dorsey. Sin embargo, factores como un crecimiento demasiado estancado y una deficiente gestión de comentarios, insultos, amenazas y perfiles falsos terminaron por repeler a los pretendientes.

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