Cuatro meses después de que el Presidente Sebastián Piñera anunciara el cierre de todas las centrales de energía eléctrica a carbón del país, dos ya frenaron sus faenas (Tocopilla U12 y U13 de la empresa francesa Engie) y una adelantó su fin para diciembre de este año (Tarapacá CTTAR).
Fuente: El Dínamo
   
Sin embargo, organizaciones ambientalistas piden agilizar aún más este proceso, pues la más antigua de estas seis plantas pendientes lleva 55 años funcionando. Situación que para Sara Larraín, directora de Chile Sustentable, implica un serio riesgo para la salud de los chilenos, sobre todo aquellos que viven en las denominadas zonas de sacrificio.
 
Según datos entregados por esta organización, las centrales termoeléctricas a carbón que operan en Chile son las responsables del 91% de las emisiones totales de dióxido de carbono (CO2) del parque eléctrico, del 88% de las emisiones totales de material particulado (MP), también del 97% de las emisiones totales de dióxido de azufre (SO2) y el 91% de las emisiones totales de óxidos de nitrógeno (NOx).
 
Chile, además, es responsable del 0,22% de las emisiones de CO2 del mundo con 4.5 toneladas per cápita según datos del Banco Mundial.
 
Impacto de las centrales
 
De acuerdo al documento “Matriz Eléctrica y Generación a Carbón” que creó Chile Sustentable basándose en datos entregados por las mismas compañías, la producción de CO2 (gas que causa el efecto invernadero) de las termoeléctricas en Chile está por sobre los parámetros internacionales.
 
“Los índices de contaminación son altos. En general hoy la media a nivel internacional está por debajo de las 800 toneladas de CO2 por Gigawatt/hora (GWh). Esto se relaciona directamente con el tipo de turbina de generación y tecnología ocupada en Chile, la cuál es muy antigua“, argumentó Larraín.
 
1/Tarapacá CTTAR
 
Un ejemplo de ello es la termoeléctrica Tarapacá CTTAR ubicada en Iquique, a cargo de la distribuidora Enel, que comenzó sus faenas en 1999, bajo el gobierno de Eduardo Frei. En la actualidad, y según datos de la organización, de las seis plantas por cerrar es la que genera el mayor daño a nuestro planeta. En total, produce 1.175 toneladas de CO2 por Gigawatt/hora (GWh).
 
2/Tocopilla U14
 
Luego le sigue la planta Tocopilla U14, construida en 1987 en plena dictadura, y que seguirá en funcionamiento hasta el 2024. A cargo de la empresa francesa Engie, genera más de 1.145 toneladas de CO2 por Gigawatt/hora (GWh).
 
3/Tocopilla U15
 
Sin embargo, la anterior no es la única instaurada en esta zona por Engie, pues, la Tocopilla U15 es básicamente una extensión de la U14. Para llegar a su potencia estándar esta planta, que data de 1989, emite más de 1.009 toneladas de CO2 por Gigawatt/hora (GWh). Cerrará recién en mayo del 2024.
 
4/Ventanas U1
 
Tras la emergencia medio ambiental que se generó en Quintero y Puchuncaví, las miradas apuntaron a la planta de energía más antigua del país (se creó en 1964) Ventanas U1. Dirigida por Aes Gener, lanza al medio ambiente más de 1.043 toneladas de CO2 por Gigawatt/hora (GWh). Se pronostica su reemplazo para noviembre del 2022.
 
5/Ventanas U2
 
De igual forma, no es la única emplazada en la Región de Valparaíso, pues en Puchuncaví también está la termoeléctrica a carbón Ventanas U2, también de Aes Gener, que emite 998 toneladas de CO2 por Gigawatt/hora (GWh). Sin embargo, a esa le quedan varios años más porque cerrará en mayo del 2024.
 
6/Bocamina U1
 
Ubicada en Coronel en la Región del Biobío, data desde 1969 y para asegurar su potencia total necesita suministrar al medio ambiente más de 955 toneladas de CO2 por Gigawatt/hora (GWh). El fin de la planta de Enel está calculado para diciembre del 2023.