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Con el simbólico monumento a Lincoln de fondo, entre dos tanques y ante una multitud completamente entregada, Donald Trump rompió ayer una larga tradición y se convirtió en el primer presidente en siete décadas en dar un discurso a la nación durante la festividad del 4 de julio, día de la independencia de Estados Unidos. Consciente del riesgo de convertir la fiesta nacional en un mitin de campaña, el presidente eligió escrupulosamente sus palabras e hizo un esfuerzo por no entrar en política.
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Con el simbólico monumento a Lincoln de fondo, entre dos tanques y ante una multitud completamente entregada, Donald Trump rompió ayer una larga tradición y se convirtió en el primer presidente en siete décadas en dar un discurso a la nación durante la festividad del 4 de julio, día de la independencia de Estados Unidos. Consciente del riesgo de convertir la fiesta nacional en un mitin de campaña, el presidente eligió escrupulosamente sus palabras e hizo un esfuerzo por no entrar en política.
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