La compañía de Rocca, entre otras, seguirán recibiendo precio subsidiado, pero no sumarán a nuevos jugadores.
Fuente: La Política OnLine
   
El Ministerio de Energía confirmó que no se autorizarán nuevos beneficiarios al "Programa de Estímulo a las Inversiones en Desarrollos de Producción de Gas Natural proveniente de Reservorios No Convencionales", un largo título para nombrar al extraordinario subsidio que se le paga a las compañías que extraigan gas en Vaca Muerta, un beneficio que impulsó y consiguió Paolo Rocca de manos de Macri.
 
El mismo, establecido a partir de la Resolución 46, fija precios especiales a la producción de shale o tight gas -tres veces el valor de lo que cuesta en yacimientos similares de Estados Unidos- en la Cuenca Neuquina, implicando una masa de inmensos subsidios que el Estado ya no está en condiciones de pagar.
 
La medida implica un giro en la política energética del Gobierno, que está tratando de desarmar todo el esquema implementado por Aranguren, al que muchos funcionarios acusan de dejar una política insostenible.
 
El contexto de ajuste en energía quedó de manifiesto con la modificación del sendero del precio de gas que había trazado Aranguren que supuestamente era sacramental. Por un lado, el precio del gas pagado a usinas termoeléctricas pasó de 5,2 dólares a 4,2 dólares, mientras que el precio de gas de boca de pozo que estaba previsto aumentar a USD 5,26, se ubicará en torno a los 4 dólares.
 
"Es evidente que el Gobierno está cambiando su propia política energética a raíz de las imposiciones de la realidad. Me parece correcto que se reenfoque el tema. No se puede pensar en una Vaca Muerta a puro subsidio como un festival de plata girada a petroleras. La política de subsidios tiene que ser una herramienta provisoria hasta que se alcanza cierto desarrollo técnico. Lo que planteaba Aranguren además de infantil era fuertemente corporativo", sostuvo a LPO el ex secretario de energía Jorge Lapeña.
 
Me parece correcto que el gobierno reenfoque el tema ante las imposiciones de la realidad, como la falta de dólares. No se puede seguir pensando en una Vaca Muerta funcionando a puro subsidio.
 
El estímulo de la Resolución 46 consistía en fijar un precio de 7,50 dólares el millón de BTU para el año 2018, 7 dólares para el 2019, 6,50 para el 2020 y 6 dólares para el 2021, último año del programa. Se trata de un precio muy por encima del pagado para el conjunto de la industria local -hoy en 4,68 dólares y en plena discusión para modificarlo a la baja- y aún más respecto a los 2,8 dólares promedio que se paga en los Estados Unidos, precio de referencia si se pretende exportar al mercado mundial.
 
Con un dólar a $31, los subsidios requeridos para afrontar estos compromisos crecieron a niveles inusitados y generan un verdadero dolor de cabeza en la cartera de Dujovne. Según el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), los subsidios nacionales a la energía registraron un crecimiento del 290% en julio, respecto al mismo mes del año anterior, observándose un constante crecimiento mensual desde el mes de mayo cuando comenzó la corrida cambiaria.
 
"La dirección de YPF está equivocada"
 
Las transferencias a Cammesa (Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico) avanzaron un 352% durante el mismo mes, mientras que en el acumulado entre enero y julio, crecieron un 55,3%. Por otro lado, al mes de julio, las partidas devengadas por Enarsa equivalen a $12.886 millones, lo que implica una sobre ejecución de la partida presupuestada (101%) y registran un crecimiento igual al 129%.
 
En miras a buscar un ahorro mayor, también se les quitarán los beneficios a las empresas que decidan exportar, ya que de acuerdo con la cartera de Iguacel "sería incoherente y hasta podrían acusar de dumping a la Argentina".
 
Si bien desde Energía aseguran que se mantendrán en línea con la normativa vigente, Lapeña aseguró que los cambios "deberán instrumentarse a través de una nueva resolución que modifique la 46 de Aranguren".
 
Uno de los conflictos que prevén desde la industria petrolera y del que aún no tuvieron respuesta, es la diferencia de competitividad entre las empresas que poseen el subsidio y las que no de cara a las licitaciones de gas para las distribuidoras y grandes consumidores. "Si los proyectos que hoy tienen subsidio pueden participar de las licitaciones van a tirar el precio para abajo porque la diferencia entre el precio de la licitación y el precio real de mercado se lo paga el Estado", afirman desde una productora de gas.
 
La mayoría de las firmas apunta a Tecpetrol, la firma de Techint, como la gran beneficiaria de este esquema, que mediante su pozo "Fortín de Piedra", ha incrementado su producción en un 96% durante el primer semestre de este año.