Las licitaciones 1.4 y 2.4, concluidas en el 2016 y el 2017, lograron la asignación de un total de 27 contratos petroleros.
Fuente: El Economista
  
La inversión en aguas profundas es reflejo de una nueva etapa en el desarrollo petrolero mexicano, porque para el 2030 la extracción a más de 500 metros de tirante de agua en el golfo de México aumentará casi 38% para producir 2.1 millones de barriles diarios de crudo (116% de lo que produce hoy Petróleos Mexicanos), de los cuales México aportaría alrededor de 300,000 barriles diarios de petróleo.
 
De acuerdo con el análisis semanal Pulso Energético, de la Asociación Mexicana de Empresas de Hidrocarburos (Amexhi), como estima en su más reciente estudio Abriendo el crecimiento futuro en el aguas profundas del golfo de México, la consultora McKinsey, la parte mexicana del golfo de México aportará entonces 2.4% de la producción mundial de aguas profundas.
 
La producción mexicana en aguas profundas aportará, por su parte, 10% de la extracción nacional de crudo que prevé la Secretaría de Energía para México en el 2030, equivalente a 3 millones de barriles de petróleo, que es el escenario máximo a partir de la continuidad en la implementación de la reforma energética del 2013-2014.
 
En la actualidad, en Estados Unidos al menos una docena de operadores aportan 1.6 millones de barriles diarios a la producción petrolera, es decir, poco más de 14% de la extracción diaria de ese país. La producción del vecino del norte está sólo por debajo de los 2.4 millones de barriles diarios que se extraen en aguas brasileñas y de los 2.2 millones de barriles de aguas africanas de Angola y Nigeria, pero arriba de los 1.4 millones de barriles de Noruega y el Reino Unido.
 
Los escenarios de demanda mundial y capacidades regionales (que incluyen los recursos petroleros extraíbles) de McKinsey indican que al 2030 sólo Brasil y Estados Unidos aumentarán sus aportaciones petroleras provenientes de aguas profundas, llegando a 4.1 y 1.9 millones de barriles diarios, mientras que la extracción africana caerá a 1.7 y la del Mar del Norte a 1 millón de barriles diarios. Destaca que la producción mexicana pasará de cero a 300,000 barriles por día.
 
Aunque sólo 26% de los contratos adjudicados en las rondas mexicanas están en aguas profundas, éstos representan 50% de las inversiones que se ejecutarán como parte del compromiso mínimo de inversión que adquirieron las empresas durante las licitaciones.
 
A más de 500 metros de tirante de agua en la franja mexicana del golfo de México, existen recursos estimados en 28.2 millones de barriles de petróleo crudo equivalente, que son la cuarta parte de los recursos prospectivos de hidrocarburos del país.
 
Las licitaciones 1.4 y 2.4, concluidas en el 2016 y el 2017, lograron la asignación de un total de 27 contratos petroleros.
 
Recomendaciones
 
En su análisis, Pulso Energético expone algunos de los planteamientos que a decir de los consultores de McKinsey se podrían atender rumbo al desarrollo de la industria petrolera en aguas profundas. Destaca la colaboración entre operadores, con el fin de reducir estructuralmente los costos de cualquier proyecto, como uso de servicios en común. Además, recomiendan pensar en el largo plazo en términos de sostener las inversiones e identificar la infraestructura necesaria para todas las etapas del campo.
 
Exponen también que será necesario reenfocar los puntos fuertes de cada empresa, con operadores fuertes y socios que identifiquen y pongan en práctica su potencial en distintas áreas; en las operaciones, será necesario también construir una estrategia de asociación, comprometerse con la innovación y priorizar las búsquedas de talento.