EDITORIAL / REVISTA PETROLEO & GAS

Entre abril de 2017 y abril de 2018 el precio del barril del petróleo WTI, referente para nuestra región, se ha valorizado 20 dólares. Es decir, pasó de 49 a 69 dólares.

Esta tendencia creciente viene precedida por el precio mínimo en febrero de 2016 de alrededor de 30 dólares, después de lo cual la curva ascendente se movido lentamente.

La cada vez menor capacidad de producción de Venezuela y la salida de los Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán, todos grandes productores de crudo a escala mundial, ha impulsado una nueva alza de precios con mucho más énfasis desde inicios de este año.

Esta nueva tendencia tiene efectos dispares en todo el mundo. El petróleo es el commodity más tranzado y el energético de mayor consumo. Por lo tanto, los países productores verán un alivio en sus ingresos y los importadores sufrirán un efecto contrario. Esta es una realidad cíclica como toda la historia de los precios del petróleo.

Por otro lado, el mayor precio del petróleo a escala mundial, también impulsará una mayor expansión del uso del gas en sus diferentes aplicaciones y formas de transporte. En esto el GNL juega y jugará un papel fundamental en el futuro energético, y en alguna medida también las energías renovables.

Esta nueva tendencia, que estimamos se estabilice en alrededor de los 70 dólares, podría tener eventualmente algunos disparadores que la sitúen más arriba temporalmente. Sin embargo, parece haber un consenso a escala mundial que un precio muy por debajo de los 50 u otro por encima de los 100 es algo poco realista y por lo tanto insostenible.

La nueva realidad encuentra a las empresas del sector hidrocarburos en el final de una etapa de ajustes y reestructuraciones devenidas del ciclo anterior de precios bajos. Este aprendizaje permite a las compañías enfrentar esta nueva etapa con prudencia y serenidad. Evitando el optimismo desmedido y más bien sacando provecho de las eficiencias del ajuste.

Este comportamiento también debería ser aplicado por los Estados, los cuales verán en el mediano plazo beneficiadas las arcas públicas por el aumento de ingresos. La cautela y el ahorro son buenas recetas anti cíclicas para aplicar a realidades cíclicas.

En el caso de nuestro país, el precio del gas natural se modifica de manera trimestral debido a la fórmula de fijación de precios de los contratos la cual está indexada al precio del crudo. Con esta tendencia alcista reciente, el precio de nuestro gas también tendrá buenas noticias lo cual repercutirá en mejores ingresos para el país.

En ese marco, es importante aplicar el aprendizaje de los años recientes para saber utilizar de buena manera los mejores márgenes que el precio permite.

Opinión de la presidente de la CBHE, Claudia Cronenbold en la edición N 114 de la revista Petroleo & Gas.