EEUU podría convertirse en el mayor productor de crudo del mundo, por delante de Arabia Saudí y Rusia.
POR ED CROOKS | FINANCIAL TIMES

La producción de crudo en EEUU ha vuelto a alcanzar un nuevo récord, 47 años después del pico registrado durante los últimos días del boom de crudo en Texas. El fenómeno se debe a que la revolución de los hidrocarburos no convencionales, que se vio afectada por los bajos precios del crudo, ha vuelto a resurgir.
 
La Administración de Información Energética del Gobierno anunció el miércoles que la producción en EEUU se situó en noviembre en 10,04 millones de barriles al día (b/d), ligeramente por debajo del anterior récord registrado en noviembre de 1970.
 
Este aumento de la producción del 'shale oil' podría llevar a EEUU a superar a Arabia Saudí y Rusia, convirtiéndose en el mayor productor de crudo del mundo.
 
El repunte de la producción de EEUU en la última década ha sido sustancial para un país que, durante décadas fue el mayor importador de petróleo del mundo y parecía destinado a depender del suministro exterior. Ahora, tras este nuevo aumento, la producción de país supera en más del doble a la registrada en 2008. El suministro adicional de crudo derivado del boom del shale ha ayudado a recortar los precios, beneficiando a consumidores de todo el mundo. Esta revolución ha dado un impulso a la economía de EEUU, creando decenas de miles de empleos, nuevas relaciones internacionales y concediendo a Washington más libertad para utilizar las sanciones como recurso estratégico.
 
"Durante décadas, la única cuestión era a qué ritmo crecerían las importaciones de crudo en EEUU", recuerda Daniel Yergin, vicepresidente de IHS Markit. "Ahora los mercados de crudo globales han sufrido una sacudida y todo ha cambiado", añade.
 
Aunque EEUU sigue siendo un importador neto, las compras a otros países han caído drásticamente. Las importaciones netas de crudo y productos derivados del petróleo cayeron a 2,5 millones de b/d el pasado octubre, frente al máximo de 12,9 millones de b/d en 2006.
 
Las restricciones a las exportaciones de crudo se levantaron a finales de 2015, y EEUU ha ido aumentando el volumen de venta en todo el mundo. En los primeros nueve meses del año pasado, el país exportó 50 millones de barriles de petróleo a China, 20 millones a Reino Unido y 7 millones a India.
 
Tras la caída sufrida desde mediados de los años ochenta, la producción de EEUU se recuperó en 2009. Empresas independientes como EOG Resources empezaron a aplicar técnicas de perforación horizontal y fracturación hidráulica, conocida como fracking, para producir petróleo.
 
La industria sufrió un duro revés cuando los precios empezaron a caer en picado en 2014, después de que la OPEP decidiera recortar su producción. La actividad se ralentizó, provocando la quiebra de decenas de compañías.
 
Aun así, los mercados de EEUU siguieron apoyando a la industria, ofreciendo financiación para mantener a flote las pymes, que forman el grueso del sector del shale.
 
Los productores redujeron costes y mejoraron la eficiencia, hasta que la productividad aumentó.
 
En cualquier caso, hay que recordar que el sector de hidrocarburos no convencionales sólo tiene una década, por lo que estar por ver cómo evoluciona. Un aumento de la producción amortiguará el impacto del aumento de los precios del crudo en EEUU, pero no lo elimina completamente. Y un descenso de los precios provocado por el shale ha llevado a un sólido crecimiento de la demanda de crudo, con el consiguen aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero.
 
El shale podría terminar incrementando la volatilidad de los precios del crudo, lo que frenaría la inversión de los proyectos a largo plazo. La inversión en producción de gas y crudo cayó un 44% entre 2014 y 2016, según la AIE.
 
Robert McNally, de la firma de análisis de mercados Rapidan Energy Group, asegura que "si la demanda sigue subiendo, necesitaremos reforzar el suministro entre 2020 y 2021. Y es probable que no seamos capaces, por todos los proyectos que hay sido retrasados o cancelados a causa del shale".
 
El shale es un nuevo juego, y los mercados todavía no han entendido bien cuáles son las reglas